domingo, 31 de agosto de 2014

Bienaventurados los de limpio corazón


"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios". 
(Mateo 5:8).

En Esta Bienaventuranza, Los Limpios Del Corazón Son Herederos De Una Gran Promesa: "Verán a Dios". Son Dos Palabras Que Al Entender Toda Su Magnitud De La Promesa Hecha Por Cristo: Limpio y Corazón.
La Palabra Limpio, Significa Libre De impurezas, Sin Fraude, Genuino!
Así Los Limpios De Corazón, Son Los Discípulos Cuyos Motivos Son Sinceros, Puros Transparentes Como El Agua Limpia, Diáfano Como El Cristal Transparente, Como La Luz. Jesús Reconoció A Unos De Sus Discípulos Puro Y Transparente, Sin Engaño, Sincero, Limpio En Sus Aspiraciones Por Encontrar a Dios. "Felipe halló a Natanael y le dijo: hemos Hallado a aquel de quién hablo Moisés, en la ley, así como los profetas: A Jesús el hijo de José, de Nazareth. Natanael le dijo: ¿De Nazareth puede salir algo bueno? Le dijo Felipe ven y ve. Cuando Jesús vió a Natanael que se le acercaba, dijo de él; He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño"
La Pregunta Es Hoy Día: 
¿Qué Dice Jesús De Ti Y De Mí?.

Los Limpios De Corazón Son Aquellos Discípulos: Que Son Misericordiosos Con Otros Hermanos. En Su Accionar No Hay maldad. Su Acercamiento a Dios Es Verdadero. No Hay Hipocresía En Su Corazón. No Hay Maldad Cuando Hablan De Otro Hermano. No Son De Doble Cara. Son Genuinos En Su Actuar:
Judas Por Ejemplo No Era Genuino, Escondía Avaricia, Traición; Hipocresía. 
Jesús Conocía La Condición Del Corazon De Judas, Y Conoce Nuestra Condición.

¿Quién subirá al monte santo, solo los de manos limpias y puro corazón?
(Salmo 24: 3-4)

El Señor Jesús Esta Muy Interesado En Confiarle A Usted Una Misión, Y Que Realice Su Propósito De Vida; Pero Debe Tener Una Condición, Tener Limpio El Corazón, Sin Dobles, Ni Engaño, Como Un Buen Discípulo De El. . Cristo Hace Énfasis En Que Sus Discipulos Sean De Limpio Corazón, Y De Limpios Pensamientos.
Amen y Amen..!!!!


Un día a la vez

“Más yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegra en tu salvación. Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien”. Salmo 13:5, 6.

Nunca pensé llegar al hospital por un estado de salud complicado. En los años de ministerio, con mi esposo oramos y vimos la mano sanadora de Dios en la vida de muchas personas, pero esta vez mi esposo oraba por un milagro. Cuando me encontraba en la camilla del quirófano, el dolor me consumía y mi único pensamiento fue: “Señor, me entrego en tus manos, tú conoces mi vida”. Los médicos habían hecho muchos estudios y no estaban seguros acerca de la causa del dolor hasta que me operaron. Se sorprendieron al constatar que era peritonitis, lo que hizo que mis intestinos se pegaran, mis pulmones se llenaran de un líquido extraño, mi vesícula se inflamara y mi cuerpo soportara una fuerte infección. Los médicos se preguntaban cómo había sobrevivido al dolor y a la infección.

Había mucha gente orando por mí: mi familia, la iglesia, nuestros compañeros en el ministerio. En esos momentos sentí que no estaba sola. No solo Dios estaba a mi lado, sino la gran familia de la iglesia. Cuando desperté en terapia intensiva estaba llena de tubos y aparatos. Me sentí un poco mejor cuando me pasaron a otra habitación donde pude recibir el amor de mi familia. Cada día luchaba con el dolor, el cansancio, las medicinas y el calor, pero sabía que todo pasaría.

Me dieron de alta, pero aún sentía dolores al caminar. La fiebre comenzó a subir otra vez y me internaron nuevamente. La infección había vuelto y decidieron practicar una nueva operación; esta vez cortarían un pedazo del intestino que impedía su funcionamiento normal. Entré confiada al quirófano porque sabía que Dios estaba conmigo, y salí de la operación decidida a luchar para recuperarme. Hubo un momento cuando me sentí con fuerzas y empecé a cantarle al Señor el conocido himno: “Un día a la vez, mi Cristo, es lo que pido de ti; dame la fuerza para vivir un día a la vez”. Sigo luchando para que mis intestinos funcionen normalmente y Dios me da fuerzas para vivir cada día tomada de su mano.

Amiga, no estás sola; pide al Señor fuerzas para hoy, “confía en su misericordia y canta a Jehová porque te ha hecho bien”.

María Luna de Limachi, Bolivia

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER

lunes, 18 de agosto de 2014

Feliz Semana

Hoy les deseo a Todos los Amig@s que visitan esta pagina
una Feliz y Bendecida Semana ♥




Todos decían: “no se puede”


“Yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba y Jehová me dio lo que le pedí”. 1 Samuel 1:26, 27.

Poco antes de mi casamiento un médico me dijo que tendrían que operarmey posiblemente retirarme el útero. En ese momento mi mundo se desplomó. ¡Cuántos sueños e ilusiones morían en mí! Días después, la operación fue exitosa. Gracias a Dios, no fue necesario sacarme el útero. El día de mi boda fue uno de los más felices de mi vida. Pasó el tiempo y los médicos afirmaron que no sería posible un embarazo pues faltaban un ovario y una trompa, a lo que se sumaba un problema hormonal y otro sanguíneo.

Después de varios años de intentarlo, el test me dio positivo y la alegría inundó mi corazón, y el de toda mi familia. Sería el primer nieto, primer bisnieto, primer sobrino… Todo era felicidad. Compramos ropas y regalos para el bebé, pero todavía no era el tiempo del Señor y mi embarazo se truncó. Otra vez el dolor, el miedo y la tristeza. Clamé a Dios y le pregunté: ¿Ya no me amas? ¿Por qué me niegas la posibilidad de ser madre?

Recurrir a métodos clínicos especializados era imposible pues nuestros ingresos económicos no lo permitían. Adoptar un bebé era una alternativa hermosa, pero no habían pasado los años reglamentarios solicitados por el estado para po- der hacerlo. El tiempo en mi vida era implacable, mi edad era avanzada para procrear y mi reloj biológico corría aceleradamente. Tenía dos alternativas: darme por vencida o clamar a Dios con todas mis fuerzas como lo hizo Ana.

Elegí la segunda. Decidí clamar al Señor y confiar plenamente. Desestimé todos los pronósticos médicos y confié en el Dador de la vida y de toda bendición. Los médicos insistían: “No se puede”, pero yo clamé y Dios me regaló una hermosa hijita que se llama Jade. El Señor hizo mi historia aún más maravillosa. Cuando todos me decían: “Esto es un milagro, siéntete feliz de tener una niña”, apareció Thiago, rompiendo con todas las teorías del imposible.

Querida amiga, si estás clamando al Señor por algo especial en tu vida, espera y confía. Sus tiempos no son los nuestros, pero la mejor respuesta es segura. Él cambia un “no es posible” por un “quiero, es posible”.

Gisela de Souza de Fernández, Uruguay

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER

sábado, 16 de agosto de 2014

Los ancianos de Jezreel

Los ancianos y nobles que vivían en esa ciudad acataron lo que Jezabel había ordenado en sus cartas. 

1 Reyes 21:11.

La hipocresía, la mentira y el engaño son cosas que duelen. Y cuando se observan en aquellos que deberían atacar esos males sociales (que lamentablemente podemos encontrarlos entre los cristianos), duelen más.

Los ancianos y los nobles de Jezreel conocían más a Nabot que a la reina; es posible que alguno de ellos fuera vecino, amigo o conocido de Nabot.

El problema es que ellos tenían miedo a Jezabel. Por miedo, actúan de una manera vergonzosa. Por miedo a la reacción de tus amigos; por miedo a la forma en que te tratarán desde ese momento en adelante tus compañeros; por miedo a cómo te mirarán por ser –y actuar– diferente, muchas veces te mimetizas con el ambiente, con la mayoría, con los otros…

Muchas veces, por miedo, actuamos como el camaleón. Si ellos dicen “blanco”, puedo hasta pensar “negro”, pero pronunciaré la palabra “mágica” que me mantendrá en el grupo. El miedo puede más.

Los ancianos y los nobles de Jezreel, y de todas las ciudades de la antigüedad, formaban el grupo más respetado de la población. Organizaron una farsa, mintieron descaradamente, prepararon una traición de la más baja calaña. ¿Cómo habrán podido dormir aquella noche? ¿Qué habrán pensado cuando apoyaron sus cabezas en sus almohadas?

Ellos llamaron a dos sinvergüenzas, a quienes enseñaron las mentiras que debían repetir. Ellos confabularon para asesinar a una persona que era inocente.

En otros aspectos de tu vida, puedes estar actuando igual que los ancianos y que los nobles. Como ellos, puedes estar hipócritamente sentándote en la iglesia. Participas de la Escuela Sabatica, del Culto Joven, de algún conjunto musical o del Club de Conquistadores, y muestras una imagen. Pero a las pocas horas y por determinadas circunstancias, haces como los funcionarios de Jezreel.

Recuerda: “La mayor necesidad del mundo es la de hombres [y mujeres] que no se vendan ni se compren; hombres [y mujeres] que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres [y mujeres] que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres [y mujeres] cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres [y mujeres] que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos” (Elena G. de White, La educación, cap. 7, p. 54).

DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2014

365 vidas

Por: Milton Bentancor


Tiempos de prueba

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Salmo 73:25.

Deseaba estudiar en la universidad adventista, pero las circunstancias no me lo permitieron. Ingresé a una universidad estatal y el primer año me resultó muy difícil a causa de mi fe. Al parecer, creer en Dios no era una buena carta de presentación en esa casa de estudios. El ambiente me fue extraño desde el principio. Cuando terminaba la clase, todos salían a fumar al patio, se conocían y conversaban. Yo no tenía una comunicación fácil ni compartía sus hábitos y conversaciones, por eso me alejaba del grupo y me dirigía al aula de la siguiente clase.

Después vinieron las fiestas, en las cuales yo tampoco participaba. Poco a poco dejaron de hablarme y nadie quería viajar conmigo en el auto cuando íbamos al campus anexo. Me sentí aislada, sola. Más difícil se tornó la situación cuando empezaron las clases y exámenes los sábados. Hablé con mis profesores, ateos en su mayoría, para encontrar una salida y estar libre las horas de sábado, pero solo se burlaron de mi fe en Dios y mis convicciones sin darme ninguna solución. Entregué todo a Dios, en especial la preocupación que tenía de atrasar la carrera, pues para mi padre resultaría muy difícil pagar los aranceles. Pasaron los meses y se acercaban los exámenes finales. Entonces, Dios hizo el milagro. Pude rendir los exámenes en otros días, y pronto algunos compañeros comenzaron a valorarme por ser diferente y creer en Dios. Me convertí en su consejera y terminaron buscándome para contarme sus problemas o desahogarse.

Apenas terminé la carrera, Dios me permitió encontrar trabajo en la misma universidad. A esa altura ya tenía el respeto y la admiración de mis profesores, y era muy solicitada por ellos para trabajar en ayudantías de sus clases y en proyectos de investigación.

Querida amiga, esta experiencia de mis años de universidad me hizo reflexionar en el Salmo 73:25: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Somos peregrinas en este mundo. Estamos solo de paso. ¿Qué puede haber más importante que ser fiel a nuestro Dios, testificar acerca de su nombre y prepararnos para vivir con él por la eternidad?

Noemí Ríos, Chile

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER


domingo, 3 de agosto de 2014

¿Nuestras palabras deben agradar a Dios?

Está en la Biblia, Salmo 19:14, “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”.
Las palabras son tan poderosas que muchas veces el silencio es el mejor curso de acción. Está en la Biblia, Proverbios 13:3, “El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”.
Nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. Está en la Biblia, Mateo 12:34, “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Nuestras palabras son importantes porque representamos a Cristo. Está en la Biblia, Colosenses 4:6, “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.
¿Qué debe caracterizar las palabras que hablamos? Está en la Biblia, Efesios 5:4, “Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracia”.
Nuestras palabras pueden ayudar a otros en sus vidas. Está en la Biblia, Proverbios 25:11, “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”.
Uno de los mandamientos prohíbe el mal uso del nombre de Dios. Está en la Biblia, Éxodo 20:7, “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”.

Cuidado con Juzgar

Si son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás.Mateo 7:2
Juzgas a los demás, ten cuidado, Jesús en las escrituras lo advirtió. Con la medida que midas a otros serás medido,  ¿Cuántas veces por tener informaciones incompletas has juzgado y condenado injustamente? Refleja hoy un caracter de amor…

¿Qué hace valiosa la vida humana?

Los seres humanos son hechos a la imagen de Dios. Está en la Biblia, Génesis 9:6, “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”.
Cada momento de la vida es un don de Dios. Está en la Biblia, Salmo 39:4, “Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy”.
Vivir la vida a la luz de la eternidad la hace más valiosa. Está en la Biblia, Salmo 90:12, “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.
Vivir desinteresadamente por el evangelio hace la vida más valiosa. Está en la Biblia, Marcos 8:35, “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará”.
La vida espiritual es una vida de sacrificio propio. Está en la Biblia, Lucas 9:25, “Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?”
La vida espiritual significa vivir en compañerismo con Cristo y esta vida sólo puede ser hallada en él. Está en la Biblia, Romanos 6:5-7, “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”. Juan 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.