martes, 2 de abril de 2013

¿El Fumar realmente hace tanto daño?

Sí. El tabaquismo aumenta 10 veces la posibilidad de un infarto al miocardio. El 85% de las muertes por cáncer de pulmón tiene relación directa con el hábito de fumar.

El consumo de tabaco constituye la principal causa de enfermedad evitable y de mortalidad prevenible en los países desarrollados. Los hijos de padres fumadores tienen un 70% más de probabilidades de ser internados por enfermedades respiratorias. Finalmente, el peso de los recién nacidos cuyas madres fuman es menos comparado son el de aquellos hijos de no fumadoras. El número de personas que muere diariamente en forma prematura a causa del cigarrillo, equivale a tres aviones Jumbo 747 que se estrellan sin sobrevivientes. Además, es el tabaco el causante del 80% de la mortalidad por procesos pulmonares crónicos.


¿Por qué se fuma?

Fumar no es sólo un hábito, también es una drogadicción, ya que el hecho de fumar tabaco cumple con todos lo criterios que definen al consumo de sustancias como tal:

--Existencia de Tolerancia (necesidad de fumar cada vez más cantidad para saciarse)
--Dependencia (necesidad imperiosa de seguir fumando)
--Síndrome de Abstinencia en ausencia de la misma (síntomas que aparecen al suspender el cigarrillo)
--Comportamiento compulsivo.


¿Qué genera la dependencia?

El máximo responsable de la dependencia es la nicotina, sustancia con gran poder de adicción, similar al de otras drogas como la heroína o cocaína. La forma de dependencia que genera el hábito de fumar es física, responsable del síndrome de abstinencia; psicológica ya que el cigarrillo se ha convertido en una compañía de todo tipo de situaciones (después de las comidas, con el café, al hablar por teléfono, mirando TV, etc.) Y parece difícil modificar esta relación social ya que se practica en grupos, en ciertas reuniones de ocio, tras cenas con los amigos, y sobre todo sigue siendo un hábito que distingue a cierto grupo de adolescentes dándole un valor social de rebeldía y de madurez malentendidos.


¿Qué le ocurre al organismo cuando se prende un cigarrillo?

Estimulación del Sistema Nervioso Simpático: esto genera aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, por lo tanto aumenta el consumo de oxigeno por el corazón. El transporte de oxígeno por la sangre se halla dificultado, ya que el monóxido de carbono incorporado por el cigarrillo lo desplaza de la hemoglobina que es el transportador de estos gases.

Constricción de las arterias coronarias y de todo el organismo por sustancias (prostaglandinas, vasopresinas, catecolaminas) estimuladas por el cigarrillo, sobre todo en los vasos con lesiones ateroescleróticas. Este (la alteración de la circulación) es un temible efecto pues también repercute en los vasos periféricos con el consiguiente aumento de la presión sanguínea y el trabajo cardíaco.

Aumento de la actividad de las plaquetas, lo que facilita un fenómeno favorecedor de la formación de trombos que causa infarto de miocardio o formas severas de angina de pecho.

Liberación de catecolaminas por la médula adrenal con una rápida producción de arritmias cardiacas graves, algunas causantes de muerte súbita en pacientes coronarios.

Reducción de la capacidad de la sangre para disolver sus propios coágulos (fibrinolísis).

Modfificación del transporte de lipoproteínas con tendencia a aumenta el colesterol sanguíneo.


¿Qué le ocurre a los fumadores pasivos?

Se estima que en los Estados Unidos aproximadamente 53.000 muertes por año son el resultado de fumar en forma pasiva. 37.000 de estas muertes ocurren por enfermedad cardiovascular. En la República Argentina mueren 6.000 según el Ministerio de Salud y Ambiente, 4.000 de las cuales son debidas a patologías cardiocirculatorias.

El efecto de inhalar el tabaco es tan perjudicial, si no peor, en no fumadores que en fumadores. Todos los riesgos a los que se encuentran expuestos los fumadores, son también sufridos por los fumadores pasivos. La parte final que se quema del cigarrillo tiene partículas mas pequeñas y más peligrosas que el cigarrillo. Estas pequeñas partículas al ser inhaladas llegan a la parte profunda del pulmón y generan el mayor daño. El monóxido de carbono inhalado por los fumadores pasivos causa pérdida de oxígeno en la sangre, lo que genera que los pulmones, corazón y cerebro no funcionen adecuadamente. En forma crónica, se generan cambios en las estructuras de estos órganos.

La convivencia con un fumador incrementa dos veces el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón o enfermedad cardiovascular. Los niños fumadores pasivos están más expuestos a este problema que los adultos, desarrollando fácilmente problemas pulmonares (alergias, asma, bronquitis crónica, problemas cardiacos). Se registran más hospitalizaciones por estas patologías comparándose con hijos de padres no fumadores. Muchos desarrollan cáncer cuando son adultos.

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