martes, 5 de noviembre de 2013

«SEÑOR, ¿QUÉ ES LO QUE HACES CONMIGO?»

El hombre propone y Dios dispone. (Proverbios 16: 1)

Lo conozco desde que era un niño. Cantaba en el coro infantil de mi iglesia, y participaba porque su madre, una fiel cristiana, se encargaba de llevarlo a los ensayos sin importar las circunstancias. De naturaleza rebelde, no se doblegaba ante nadie ni ante nada. Sumamente inquieto, desafiante y agresivo, todos le auguraban una vida muy difícil. Debo confesar que la única razón por la que continuaba en el coro de niños era su voz. Tenía una excelente voz y además estaba dotado de un extraordinario oído musical.
Con el paso del tiempo, todos aquellos malos augurios se vinieron abajo. En alguna parte del camino Dios suavizó su agresividad y lo encaminó en la senda correcta.
El Señor lo tomó de la mano y lo levantó las muchas veces que cayó. Fue en la escuela de la adversidad y del dolor donde aprendió las más grandes lecciones de su vida.
Hoy es un fiel cristiano, entregado al servicio del Señor, y sus dos hijos crecen en el temor de Dios. Asimismo él es la mano derecha de su pastor, y siempre está listo para compartir sus recursos y talentos sin escatimarlos.
Quizá tú también hayas sido una niña difícil, o hayas tenido una adolescencia complicada, rebelde, hasta el punto de que algunos adelantaron «malos augurios acerca de tu futuro. A lo mejor creciste pensando que eras un fracaso, y de pronto algo hizo que tu vida diera un vuelco y hoy te encuentras en una situación distante de aquella en que todos pensaban que terminarías. Esos cambios de dirección probablemente obedecieron al toque de la mano de Dios.
Así es, Dios tiene su momento y su lugar, y sin duda impacta nuestra vida. Él puede borrar de tu mente la visión negativa que tienes de ti misma y, con su poder, transformarte en una nueva criatura. Entonces, quizá con asombro puedas preguntarle: «¿Señor, ¿qué es lo que haces conmigo?».
El Señor está dispuesto a extender bendiciones sobre ti, sin escatimar nada. No sé cómo estará tu vida hoy, pero puedo decirte que no importan tu situación ni tu carácter, eres una hija especial de Dios. Si le entregas tu presente no debes sentir temor de mirar al futuro. «Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito» (Rom. 8: 28).
Meditación Matutina Para Damas

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