sábado, 16 de noviembre de 2013

Viviendo en el Presente

Si el hacha pierde su filo, y no se vuelve a afilar, hay que golpear con más fuerza.

El éxito radica en la acción sabia y bien ejecutada. Eclesiastés 10:10

 
Lo que hoy es, mañana estará en el pasado. Lo que hicimos y dejamos de hacer quedará registrado en el Libro de la Vida. El “ahora” contiene todos los elementos necesarios para construir el futuro. No te quedes estancada en los errores, mira hacia el mañana. Dios te ha dado cinco sentidos para que disfrutes de tu entorno.

Hay tantas cosas hermosas que oler, ver, sentir, saborear, escuchar. ¡Todas son dones divinos!

Descubre cada día alguna nueva capacidad que quizá esté latente en tu vida a la espera de que la uses. Toma un lápiz y enumera las bendiciones que Dios te ha dado. Abre la ventana y disfruta del cielo con sus múltiples formas y colores. Acerca tu mano a la mejilla de un bebé y acaríciala. Disfruta la belleza de la sencilla flor que nace a la vera del camino, deléitate con su sutil fragancia. Aprenderás maravillosas lecciones que te harán crecer, y lograrán que tu existencia esté rodeada de paz y del mejor aprendizaje. Entonces también podrás exclamar: “Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en nuestro favor!” (Sal. 66:5).

El “hoy” nos pertenece. Hagamos de él lo mejor de la vida. Cuando pasen los años, regresará transformado en recuerdos que han de llenar los espacios vacíos del alma. Luego te darás cuenta de todo lo que has construido con la ayuda de Dios y con tu firme determinación. Aprende a elegir correctamente. Somete tus decisiones a la voluntad de Dios y alégrate de los resultados. El Señor te ha concedido el libre albedrío, y eso te permitirá vivir en libertad. Está en tu poder decir “no” o decir “sí”. Para avanzar en la vida necesitas ser asertiva, una cualidad que podrás cultivar si actúas conforme a la voluntad de Dios.

El presente no es para que te preocupes, sino para que te ocupes en las cosas de provecho del diario vivir. Deja de esperar que lo bueno surja en el futuro, pues podría acontecer ahora, si te dispones a vivir sabiamente.

Amiga, este es el momento de actuar. ¡Adelante! Enfrenta tus desafíos y confía en Dios. Exclama como el salmista: “Bendito sea el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla” (Sal. 144:1).

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER

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