martes, 28 de octubre de 2014

Amiga de Dios

“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia”. Proverbios 17:17.
Mi esposo tenía muchos amigos con los cuales compartía momentos de felicidad y camaradería. Un día, cayó víctima de una cruel enfermedad… y desaparecieron todos los amigos. Vivíamos en la misma casa donde tantas veces nos habíamos reunido para compartir momentos de alegría, pero sus amigos pasaban de largo y nunca se detuvieron para saludarlo o darle una palabra de aliento. En los momentos de bonanza y salud, cuando todo está bien, los amigos están presentes, pero cuando la vida azota con crueldad y nos hace olvidar hasta de quiénes somos, suele pasar que nos quedamos solos. En esos momentos no solo valoramos la amistad, sino que nos preguntamos cuáles son nuestros verdaderos amigos y cuál es la verdadera esencia de la amistad.
Mi esposo, mis hijos y yo hemos vivido situaciones muy difíciles en las que si no hubiera sido por el amor de Dios, su presencia, su compañía y su amistad incondicional, no hubiéramos sobrevivido. Dios, en su infinito amor, nunca nos abandonó. Fue entonces cuando entendimos que la única compañía verdadera y restauradora es la de nuestro amado Señor. Los humanos hacen lo que pueden, y a veces pueden poco. Entonces debemos aferrarnos a nuestro gran amigo y hermano mayor, Jesús.
Lo amigos terrenales pueden fallarnos, abandonarnos y hasta negarnos su amistad. Bien lo sabía Job cuando lo perdió todo y en vez de recibir ánimo de sus amigos, ellos lo enfrentaron con críticas y desconfiaron de su integridad: “Todos mis íntimos amigos me aborrecieron, y los que yo amaba se volvieron contra mí” (Job 19:19).
La adversidad por la que nos tocó pasar me enseñó otra lección valiosa que no quiero desaprovechar, y tiene que ver conmigo como amiga. ¿Qué tipo de amiga soy yo? ¿Dadora o demandante? ¿Fiel u “olvidadiza”? ¿Comprensiva o hipersensible? Salomón nos da la clave: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo” (Prov. 18:24).
Quiero ser este tipo de amiga, pero sobre todo, quiero ser amiga de Dios. El Señor dice: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:14). Esta es la amistad que debo procurar. La única que durará eternamente.
Olga Sivas de Pravata, Argentina
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014
DE MUJER A MUJER



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