martes, 12 de abril de 2016

Por que no puedo acercarme a Dios

¿Te has tomado un tiempo hoy para pensar como está tu relación con Dios? … Antes, orar, leer la Biblia, congregarte, era sumamente “emocionante”, pero con el pasar de los años, esa “emoción” se ha esparcido como la neblina. En cambio ahora, toca a la puerta de tu corazón la memoria de aquellos días cuando te encontrabas en comunión con tu Padre Celestial y lamentas tanto no poder hacer lo mismo hoy.

Eso te lastima y te causa dolor, cuestionándote por qué ya no puedes acercarte a Él. ¿Es una lástima verdad? Es como si sacaran a un pez del agua y empezara a morir muy lentamente.

Ahora te pregunto: ¿Vale la pena evaluar qué ha pasado para que llegues a este punto de tu relación con Dios? ¡Reconozcamos que si! Si un día sentiste su abrazo y hoy ya no puedes hacerlo, una razón muy cierta hay. Y no es porque el amor de Dios para ti se haya agotado, no es que él haya dejado de mirar lo precioso(a) que tu eres. Tampoco es porque valgas menos para Él.

La Biblia afirma lo siguiente:


La mano del Señor no es corta para salvar,
ni es sordo su oído para oír.


Isaías 59:1

¡Para Dios nada vale más que tu! Y no es que Él te necesite, pero si desea que entiendas que tu sin Dios no vales nada. ¿Sabes cuál es la verdadera razón porque la no has podido acercarte a Él como solías hacerlo antes? Es porque has guardado en tu corazón algunas cosas que para Él son un estorbo.
¿Cuál es ese estorbo?


Son las iniquidades de ustedes
las que los separan de su Dios.
Son estos pecados los que lo llevan
a ocultar su rostro para no escuchar.

Isaías 59:2

La verdadera causa de nuestra separación con Dios es el pecado que habita en nuestro corazón. Él no es compatible con nuestras iniquidades. Su carácter santo no puede permanecer al lado de nuestras injusticias. Revisa que clase de situaciones pecaminosos has consentido durante esta semana…

Te escondes y huyes de confrontar tus pecados por miedo a que ellos sean mas poderosos que el mismo Dios a quien le rendiste tu vida años atrás. ¿Recuerdas esto?: La vida solo tiene sentido bajo la cobertura de Dios.

Cuando pasan semanas y no te acercas a Dios sientes que te desvaneces y mueres porque tus pecados solo te ofrecen tristeza, angustia y dolor.

Nadie puede decir que no conoce los pecados que tiene ni tampoco afirmar que Dios no los conoce, porque simplemente estaríamos engañándonos a nosotros mismos:


Tú sabes que son muchas nuestras rebeliones;
nuestros pecados nos acusan.
Nuestras rebeliones no nos dejan;
conocemos nuestras iniquidades.

Isaías 59: 12

¿Quieres acercarte a Dios pero en lo primero que piensas es en cómo le has fallado? Exactamente eso pasa, porque el pecado te acusa, pero Dios te restaura. Cuando Dios te observa, no ve tu pecado, sino al sacrificio que Jesús hizo en la cruz por ti.

Es en esa cruz donde hay confianza, esperanza y vida. No vas a encontrar otro lugar mejor para alcanzar perdón y amor que en la cruz de Cristo.

Cuando Jesucristo murió, lo hizo por todos tus pecados, pero tu debes arrepentirte y regresar a sus brazos de amor, y una acción consecuente ha de ser esta: ¡Abandona tus actos pecaminosos de una vez por todas! Debes abandonar esos pecados que te alejan de Dios: Mentira, fornicación, adulterio, pornografía, masturbación, hipocresía, incredulidad, egoísmo, licor, drogas, avaricia, etc…

¿Que estas pensando? Que llevando ese camino vas a conseguir algo bueno. Pues esa es la mentira que has creído por mucho tiempo, la Verdad es otra. Cristo Jesús te quiere hacer libre y darte un nuevo estilo de vida. Pero tu eres quien debe decidir seguir el camino de Dios.

Renuncia a tus pecados, renuncia a la vida que has llevado sin Dios. Y da la oportunidad para que el poder de Dios se manifieste en ti.

Y sino lo crees aquí te dejo un par de PROMESAS que hay para ti, para que las sustituyas por las BATALLAS PERDIDAS que has tenido:


El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Proverbios 28:13

Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. – 1 Juan 1:8-9

Dios te quiere dar unas nuevas vestiduras, por aquellas viles que el mundo te dio. Tu puedes ser un instrumento del amor de Dios, por la gracia y el perdón de Jesús.


¡VUELVE A JESÚS Y PERSISTE EN SUS CAMINOS!

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