Cirugía del alma
“Porque si perdonáis a los hombres, sus ofensas os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial”. Mateo 6:14.
Si perdonar a quien nos ha lastimado, ofendido o maltratado no nos resulta fácil es porque no hemos comprendido el verdadero amor y perdón de Jesús hacia nosotras mismas, y no nos sentimos perdonadas por él.
Para ser felices, sanar las heridas y cultivar paz y esperanza en nuestro corazón, el mejor remedio es el perdón. El perdón tiene tres lados: el que recibimos de Dios, el que otorgamos a nuestros semejantes y el que nos otorgamos a nosotras mismas.
Sentirnos perdonadas nos permite perdonar las injurias, ofensas y maltratos, hasta setenta veces siete, como nos aconseja el Señor.
Aceptar el perdón de Jesús nos lleva a vivir sin culpa, miedos ni vergüenza, porque su perdón nos da libertad en su amor y poder. Perdonar es abandonar por completo el sentimiento adverso contra otra persona, sea de nuestra familia o del entorno en el que nos movemos.
El verdadero perdón es olvido y reconciliación. Es una cirugía del alma. No es un tratamiento paliativo que se practica para sacar el dolor temporalmente y sentirse bien, sino una verdadera cirugía que saca los tumores del odio, la ira, los celos, la autocompasión, la victimización y el resentimiento. Esta cirugía, hecha por Jesús, saca de raíz todos estos males.
Es posible que queden cicatrices, pero ya no habrá dolor. El dolor habrá sido removido y las heridas habrán sanado para siempre.
Muchas veces debemos perdonarnos a nosotras mismas y sacar el sentimiento de culpa que nos impide crecer y ver nuestra vida con renovadas perspectivas. El autoperdón nos deja en condiciones de perdonar. Si no lo tenemos y no lo recibimos, tampoco podremos darlo.
El perdón necesita un proceso: primeramente, el Señor debe intervenir quirúrgicamente el alma; luego, su amor nos rehabilita de la cirugía, y finalmente nos prescribe un tratamiento perseverante mediante una entrega total a Dios con oración sincera. Así llega la curación completa del alma y quedamos libres de nuestras miserias espirituales. El perdón es el perfume que despiden las flores cuando han sido pisoteadas. ¿Tienes a quien perdonar hoy?
Marta del Pilar Calle de Hengen, Uruguay
DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014
DE MUJER A MUJER
Recopilado por: Pilar Calle de Henger
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