“Por eso, el más insignificante entre todos ustedes, ese es el mas importante” (Lucas 9: 48).
Si crees que los matones son los auténticos tipos duros, es porque te han hecho creer sus mentiras. La verdad es que, ya desde los tiempos bíblicos, los verdaderos tipos duros —¡los héroes!— han sido las víctimas de los matones. Por ejemplo, David. Era el más pequeño, el «perdedor», la presa «fácil» de cualquier matón. Durante cuarenta días, Goliat el matón se había presentado para pelear contra los israelitas. Cuando David se dispuso a aceptar aquel desafío, Goliat rugió y maldijo a aquel muchachito: «¿Acaso soy un perro, para que vengas a atacarme con palos? […] ¡Ven aquí, que voy a dar tu carne como alimento a las aves del cielo ya las fieras!» (1 Samuel 17: 43-44).
Otro ejemplo: José. Sus hermanos se encarnizaron tanto con él, que llegaron al punto de venderlo como esclavo a unos desconocidos. (Y tú que pensabas que tu hermano mayor es malo.) Incluso Jesús fue intimidado mientras estuvo en la tierra. Pero la mejor parte de todos estos relatos es que cada protagonista se mantuvo fiel al plan de Dios para su vida. ¡Fueron verdaderos héroes! Tan solo echa un vistazo a lo que les sucedió más tarde a cada una de aquellas «víctimas».
David, el jovencito que nadie creía que podía vencer a Goliat, se convirtió en rey, y «todos en Israel y Judá querían a David, porque él era quien los dirigía cuando salían a campaña y volvían» ( 1 Samuel 18: 16). ¿Y qué sucedió con José? Años más tarde se convirtió en una de las personas más poderosas en el país donde vivía. Con confianza, les dijo a sus hermanos: «Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió ese mal en bien para hacer lo que hoy vemos: para salvar la vida de mucha gente» (Génesis 50: 20). Y por supuesto, la muerte de Jesús se convirtió en nuestra salvación. ¡No hay un mejor final para una historia de abusos que ese! Isaías 53: 5 afirma: «El castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud».
El héroe de la historia nunca es el matón. Es la persona que está del lado de Dios.