"Deléitate en el Señor, y el te concederá los deseos de tu Corazón". Salmo 37:4

miércoles, 13 de enero de 2021

Sin Ti nada Soy ♥

 

Yo soy la vid, y ustedes  los pámpanos. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer.
 (Juan 15:5)

Una de las cosas que mas Amo en esta vida; es vivir cada día sintiendo en mi corazón... una sensación de agradecimiento y satisfacción de saber que aunque este pasando por situaciones difíciles, Dios nunca me desampara.

Esto me lleva a reflexionar en esta cita bíblica

Cada cosa que hagamos, que digamos, a donde vayamos; siempre debe de estar direccionada y conectada con el Altísimo. 

El es y sera siempre el que sostiene nuestras vidas y conduce nuestro camino, pero debemos recordar que debemos entregarle a El todas nuestras cargas, y no solo nuestras cargas, sino tambien nuestros proyectos y metas... para que Dios sea el que haga conforme a los deseos de nuestros corazones.

Te deseo muchas Bendiciones!





miércoles, 19 de junio de 2019

✿ Perder la Libertad


“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

Si permitimos que nuestra mente se espacie más en Cristo y en el mundo celestial, encontraremos un poderoso estímulo y un sostén para pelear las batallas del Señor. El orgullo y el amor del mundo perderán su poder mientras contemplamos las glorias de aquella tierra mejor que tan pronto ha de ser nuestro hogar. Frente a la hermosura de Cristo, todas las atracciones terrenales parecerán de poco valor.

Jesús será el auxiliador de todos los que ponen su confianza en él. Los que están relacionados con Cristo tienen la felicidad a su disposición. Siguen la senda por la cual los guía su Salvador, crucificando por causa de él la carne, con sus afectos y concupiscencias. Han edificado sus esperanzas en Cristo, y las tormentas de la tierra son impotentes para apartarlos del seguro fundamento (En los lugares celestiales, p. 200).

Si nos acercáramos a Jesús y procuráramos adornar nuestra profesión religiosa por medio de una vida bien ordenada y una conversación piadosa, nuestros pies serían guardados de desviarse hacia las sendas prohibidas. Si tan solo veláramos continuamente en oración, si hiciéramos todo lo que debemos hacer como si estuviéramos en la misma presencia de Dios, seríamos librados de rendirnos a la tentación, y podríamos ser guardados puros, sin mancha y sin contaminación hasta el fin.

Si nos mantenemos firmes hasta el fin y confiamos en él, todas nuestras sendas serían establecidas en Dios, y lo que fue iniciado por la gracia, será coronado de gloria en el reino de nuestro Dios. “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22, 23. Si Cristo está en nosotros, crucificaremos la carne con sus afectos y concupiscencias (Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio, p. 120).

La vida del cristiano es una lucha. Pero “no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra dominadores de este mundo de tinieblas, contra malos espíritus de los aires» [Efesios 6:12). En este conflicto de la justicia contra la injusticia, solamente podemos tener éxito mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe ser sometida a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la divina. Esto traerá al Espíritu Santo en nuestra ayuda, y cada conquista tenderá a la recuperación de la posesión comprada por Dios, a la restauración de su imagen en el ser (Mensajes para los jóvenes, p. 38).







martes, 18 de junio de 2019

✿ Fe en medio de la Tormenta


Así dice Jehova, el Dios de David tu padre:Yo he oído tu oración, y he visto tus lagrimas; he aquí que yo te sano. (2 Reyes 20: 5)


¿Es posible creer en las promesas de Dios en medio de las pruebas? 

Sera posible mantenerse firme nuestra fe y esperanza cuando estamos viviendo la peor crisis de nuestra vida?

Creo que es una respuesta que solo la persona que esta pasando por tal momento.... podría responder. 

En mi país (Venezuela) se esta viviendo una situación bastante dura e imposible de resistir (para la gran mayoría) no digo que para mi no lo sea; la escases de medicina, el alto costo de los alimentos, la inseguridad, el desempleo... la incertidumbre de no saber cual sera el destino de mi querida Venezuela... nos trae a todos con las manos en la cabeza literalmente.
 Para muchos que no logran soportar esta difícil situación dicen que Dios no existe. porque si Dios existiera no permitiría tanto sufrimiento (testimonio de muchos)

  Una respuesta clara a tantas oraciones y clamores que le hemos hecho a nuestro Padre Celestial es esta expresada en esta cita bíblica; El oye nuestras Oraciones y a visto nuestras lagrimas, esta siempre al  pendiente de nuestras vidas, nos consuela y guía. pero aveces no sabemos escuchar la voz de Dios. 

  Mis hijos me dicen: Mama..! ¿Dios hoy esta con nosotros verdad? 
Yo les pregunto ¿porque? ¿se dieron cuenta de algo?
y mi hijo de 11 años me responde: Si mama, porque hoy Dios nos ha proporcionado lo que necesitábamos.

Es bastante difícil mantener la fe en medio de la tormenta, es bastante injusto no poder darle a tu hijo un pan cuando te lo pida, mas sin embargo lo único que puede darte esperanza en ese momento.... 
es decir entre murmuro: ¡Dios proveerá! y así lo digo siempre.

  Tenemos tanto que aprender y mucho que desprendernos, aprender de que Dios no responde al instante nuestras oraciones porque El sabe cuando es el momento adecuado. 
(El Tiempo de Dios es Perfecto)
Desprendernos del orgullo que pone ciego al corazón y envejece nuestra alma...
  Aprendiendo que nuestros problemas no son mas grandes que Dios y que el todo lo puede.


  Hoy Dios quiere entrar en tu vida, quiere reinar en tu hogar y hablarte de cerca al oído para que  puedas escucharlo hablar, y así quitarte la venda que tiene tus ojos... para que puedas ver los milagros que a diario el hace para ti, pero que tu no lo puedes ver; porque las circunstancias que estas viviendo hoy no te da la oportunidad de ver lo que si puedes hacer con los ojos de la FE.


martes, 8 de enero de 2019

✿ Confía en el Señor

Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo” (Job 19:25).

Hace algunos años, tuve una conversación muy difícil con dos mujeres decepcionadas con Dios. Eran madre e hija, que encaraban el drama de la muerte. La madre había perdido al esposo pocos meses antes y la hija, muy joven, también había quedado viuda. Su esposo, un comerciante exitoso, entró en una fuerte depresión y terminó quitándose la vida. Un drama difícil de explicar y de entender.
Nuestra conversación no terminó bien. Las dos estaban enojadas y fueron claras: “No queremos saber más de Dios. Nuestra confianza en él se terminó”. No fue fácil, pero terminé dejándoles una cuestión para que reflexionaran. Les pregunté: “Cuando están en un tren que entra en un túnel oscuro, ¿cómo reaccionan? ¿Saltan del vagón o siguen hasta llegar al otro lado?”
Al pasar por el túnel oscuro del sufrimiento, Job decidió aferrarse firmemente de la mano de Dios. Estuvo en el escenario del gran conflicto entre Cristo y Satanás, y eso, sin lugar a dudas, no es fácil. La Biblia dice que él era “perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job i:i).
¿Por qué Job tuvo que enfrentar una prueba tan grande? La reputación divina estaba en sus manos; pues, si él fallara, las acusaciones del enemigo triunfarían. De un lado, Dios asumía que su siervo no iba a fallar; del otro, Satanás insistía en que Job no iba a resistir. ¿Por qué otros hijos fieles tuvieron destinos diferentes? Enoc fue trasladado sin ver la muerte. Moisés descansó y resucitó. Elias fue arrebatado en un carro de fuego. Y, en el caso de Job, ¿cuál es el secreto de su victoria a pesar de tanto sufrimiento, enfermedad, pérdidas, rechazo y muerte en la familia?
La única respuesta es la confianza en Dios. Esta fue muy bien descrita en las palabras que encontré en un cuadro durante una visita pastoral. El mensaje decía: “Mi Dios, no te entiendo; pero confío en ti”. No tengas dudas de que “el Señor no impone a nadie una carga demasiado pesada para que la pueda llevar. Examina cada peso antes de permitirle descansar sobre los corazones de sus colaboradores” (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 282). En realidad, nuestra bendita esperanza nos motiva a enfrentar los desafíos de la vida. Nuestra travesía no es fácil, pero la confianza en Dios fortalece nuestros pasos, orienta nuestra dirección y nos prepara para el final del trayecto, cuando encontraremos las respuestas definitivas para todas nuestras dudas. ¡Vale la pena confiar en Dios!


NUESTRA ESPERANZA
Erton Kohler
Lecturas devocionales para Adultos 2019



domingo, 2 de septiembre de 2018

Un Dios de Ganancias


«Aconteció que, al regresar él después de recibir cl niño, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno». Lucas 19: 15

LAS CUENTAS QUE DIOS PIDE son individuales, por eso en la parábola leemos que Dios los llamó para saber lo que había negociado cada uno. Esto quiere decir que la tarea de negociar no es transferible, es una responsabilidad personal. Dios nos pedirá cuentas de lo que hayamos hecho con su tesoro: su Palabra. ¿La estudiamos? ¿La obedecimos? ¿La compartimos con los demás? Como Dios no es un Dios de pérdidas sino de ganancias, hemos de devolverle más de lo que él nos dio.

El que recibió una mina la multiplicó, pues Dios es capaz de multiplicar lo que tenemos: los recursos, los talentos. El reino de Dios es un reino de crecimiento y progreso. Al aumentar las ganancias de lo que Dios nos da, tendremos una recompensa superlativa. Al que ganó más se le concedió más. Pero a aquel que recibió una mina y no negoció, lo poco que tenía le fue quitado.

«Debemos velar, obrar y orar como si este fuera el último día que se nos concede. […] Solo el día presente es nuestro. Durante esas horas, trabajemos por el Maestro, como si fuera nuestro último día en la tierra. Presentemos todos nuestro planes a Dios, a fin de que él nos ayude a ejecutarlos o abandonarlos según lo indique su Providencia» ( La oración, cap. 2, p. 27; cap. 14, p. 167).

Los que hagan que el reino de Dios se multiplique, recibirán la parte de los que no lo hicieron. «Les aseguro que a todo el que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene» (Lucas 19: 26, NVI). Dios no desea que seamos perezosos o negligentes, y por eso nos da la oportunidad de trabajar para él. «Nuestra única seguridad consiste en realizar nuestro trabajo cada día según se nos presenta: trabajando, velando, esperando, dependiendo cada momento de la fuerza de Aquel que estuvo muerto y que vive otra vez, que vive para siempre».( Eventos de los últimos días, cap. 6, p. 69).

Trabajemos para que el reino de Dios crezca y se cumpla su misión. Oremos pidiendo que el reino de Dios sea establecido para siempre.


Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2018
“Fuentes De Vida¨
Por: David Javier Pérez




¿Que Ha Hecho Dios En Tu Vida? ♥

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