jueves, 28 de noviembre de 2013

DONDE LEVANTÁIS VUESTRA TIENDA?

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Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 
Colosenses 3:1, 2. 

Muchos que deberían levantar sus tiendas más cerca de la tierra de Canaán, las están erigiendo más cerca de Egipto. No están viviendo a la luz del Sol de Justicia. Muchos concurren a lugares de diversiones para complacer el gusto, pero no obtienen fortaleza espiritual al hacerlo, y finalmente se encontrarán en el lado de los perdedores. Estimular el amor a la diversión, es desanimar el amor a los ejercicios religiosos, porque el corazón se atiborra tanto con lo vulgar, con lo que le agrada al corazón natural, que no queda en él lugar para Jesús... 


(A Fin De Conocerle página 305)


NECESITAMOS ESTAR MÁS TIEMPO A SOLAS EN AUDIENCIA CON DIOS. 

NECESITAMOS VIGILAR NUESTROS PENSAMIENTOS.

ESTAMOS VIVIENDO, SIN LUGAR A DUDAS, ENTRE LOS PELIGROS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS.

DEBEMOS CAMINAR ANTE DIOS MANSAMENTE, CON PROFUNDA HUMILDAD, PORQUE SÓLO LOS QUE ASÍ PROCEDEN SERÁN EXALTADOS.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Jesús me Levanta y me Fortalece

Levántate Mujer atrévete a creer ....Confía en su Poder ....
Y recuerda que tu eres Hija del Rey
:flo


La hora del té

Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo.

Así se cumplió la Escritura que dice: “Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia”, y fue llamado amigo de Dios. Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no solo por la fe. Santiago 2:22-24

 En algunas ciudades hay establecimientos donde la gente se reúne para compartir una taza de té. Los parroquianos acuden a ellos cuando desean pasar algunos momentos de intimidad con personas que aprecian. He visitado en varias ocasiones algunas de esas casas de té en compañía de mis hijas y de mi esposo. Cuando una acude a dichos lugares, sabe que beber una taza de té humeante no es la única razón para estar allí. Eso es apenas un pretexto para estar con alguien muy querido. En una tranquila y grata camaradería algunas personas pueden pasar más de una hora frente a su cálida bebida, sin que nada las mueva a la prisa. Obviamente, al salir de ese lugar se experimenta la grata impresión de que se ha pasado un tiempo en la mejor compañía, y eso es un alimento para el alma. Recordemos que las buenas amistades se edifican mediante francas conversaciones.

Cristo Jesús también anhela conversar en forma franca y sincera con nosotras por un buen rato, sin interrupciones y en privado. La prisa y la premura no están en sus planes. Está dispuesto a pasar todo el tiempo que sea necesario a nuestro lado. Cuando prolongamos nuestros encuentros con él y nos disponemos a escuchar su voz y a conocer su voluntad, nuestro amor mutuo se fortalece y aumenta.

Escuchamos la voz de Jesús que habla a nuestro corazón y podemos apropiarnos de sus maravillosas promesas.

Cuando disfrutamos de esa intimidad, reconocemos la gran importancia que él tiene en nuestra existencia. Nuestra vida de oración también queda revitalizada mientras recibimos la atención de alguien que nos ama con un amor incondicional.

Amiga, esta mañana, antes de que la rutina del día te atrape, apártate a un lugar tranquilo, abre la Santa Biblia y, en la quietud de la mañana, escucha la voz de Jesús. Coloca sin reservas tu voluntad a sus pies, inclina la cabeza, y en oración sincera permite que su dulce amor penetre en cada fibra de tu ser. ¿Acaso habrá un privilegio más grande que ser amiga de Jesús?

Los Factores de la Grandeza

Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas (Josué 1:7).

 Muchos creen que la verdadera grandeza es el producto de una “chispa divina”, es decir, que ciertas personas nacieron predestinadas a ser grandes. Pensemos, por ejemplo, en Mozart, quizá el mayor de los genios musicales. Empezó a componer a la edad de cinco años y desde muy pequeño dio conciertos para la nobleza. También en Dante, que escribió la Divina comedia, la obra más importante de la literatura italiana, que consiste en 14.233 versos endecasílabos organizados en tercetos que riman en el patrón ABA, BCB, CDC, DED, etcétera. O en Albert Einstein, la imagen del genio puro, que en seis meses, durante 1905, publicó cuatro artículos científicos que resolvieron igual número de misterios, estableció el fundamento de la era atómica y cambió para siempre nuestra forma de percibir el universo. ¿Será que tú y yo, que no tenemos talentos extraordinarios, podemos soñar con hacer algo portentoso?

La comprensión del genio y cómo se crea, ha cambiado considerablemente durante los últimos años. La investigación científica al respecto ha sido condensada en tres libros de gran interés: The Talent Code [El código del talento] de Daniel Coyle, Talent is overrated [El talento está sobrevalorado] de Geoff Colvin y Fuera de serie de Malcolm Gladwell. Básicamente, los autores argumentan que el genio es el resultado de cuatro factores:

1. Una habilidad un poco superior a la medía.

2. Identificación con alguien fuera de serie en el área de habilidad en cuestión.

3. Una necesidad desesperada de tener éxito.

4. Diez mil horas de práctica.

Desde este punto de vista, todos podemos llegar a ser unos “fuera de serie” porque Dios nos ha dado a cada uno por lo menos un talento. Todos cumplimos entonces con la condición básica para el éxito. Los otros tres factores dependen de nuestras propias decisiones.

¿Qué modelo tomamos para nuestro desarrollo personal? ¿Hasta qué punto estamos motivados para superarnos? ¿Tenemos la tenacidad necesaria para practicar durante diez mil horas completas? Solamente tú tienes las respuestas a esas preguntas y, en ese sentido, solamente tú tienes las llaves de tu propio futuro.

Esos cuatro factores del éxito son los mismos para tu vida cristiana. Dios nos ha dado a todos el perdón de los pecados en Cristo. El resto depende de tus propias decisiones. ¿Tienes el valor y la firmeza para aferrarte a Cristo Jesús como tu modelo?

Trucos del Oficio

Cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo, es decir, el sol, la luna y las estrellas, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros los ha designado  el Señor, el Dios de ustedes, como dioses de todas las naciones que están debajo del cielo.

Pero a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto, de ese horno donde se funde el hierro, para que fueran el pueblo de su propiedad, como lo son ahora (Deuteronomio 4:19, 20).

 Hay quienes argumentarán que independientemente de sus bases científicas incorrectas, la astrología es efectiva, por lo menos para ellos. Pero ¿lo es realmente? David Marshall, en El mayor desafío del cristianismo, cita varios estudios de evaluación de la efectividad del horóscopo. Dos me llamaron la atención. De acuerdo con un estudio que publicó la revista Vibrant Life en Estados Unidos, los astrólogos hacen pocas predicciones específicas, pero cuando las hacen, se equivocan en el 94% de las ocasiones.

Otro estudio de 15.000 profesionales de éxito, que esta vez realizó un especialista francés, demostró que la correlación entre influencia zodiacal y éxito no es mayor en esos profesionales que entre una población tomada al azar. A propósito, el mismo especialista francés tomó el horóscopo de un asesino de masas y lo envió a ciento cincuenta personas que habían solicitado un horóscopo personalizado. Cuando les preguntó cuán exacta era la información, el 94% de los entrevistados contestó que se habían reconocido en el horóscopo.

Si los horóscopos son tan engañosos, ¿por qué tanta gente cree en ellos? Bueno, porque están escritos con bastante habilidad. Los horóscopos están redactados en lenguaje ambiguo y contradictorio, de tal manera que se pueden ajustar a casi cualquier persona. El mago lan Rowland, en su clásica obra The Full Facts Book of CoId Reading [El libro de los datos sobre la lectura en frío], describe los trucos uno por uno. Primero está la artimaña del arco iris: “Una declaración que acredita al cliente una característica de su personalidad y también la contraria”. Por ejemplo: “Tú eres en general bastante callado, pero cuando las circunstancias son correctas, puedes ser el alma y la vida de la fiesta si tienes el humor apropiado”. También encontramos la declaración Barnum, el uso de hechos borrosos, la técnica del césped más verde, etcétera.

La astrología es algo así como la diosa del paganismo, pero tú, que conoces al Dios verdadero del universo, ¿por qué habrías de caer en su juego?

Seamos instrumentos de Consolación

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. 2 Corintios 1:3-4

 Dios ha dotado a las damas con una cualidad especial llamada sensibilidad.

Los ingredientes básicos de dicho don son una serie de atributos que deben estar presentes en la vida de toda mujer cristiana: la dulzura, la calidez, la empatía y la capacidad de entrega en favor de los que sufren. Todo esto puede hacer que en las manos de Dios, lleguemos a ser instrumentos de consuelo, especialmente para los dolientes.

Cuando alguien atraviesa por un trance difícil, podría abrigar sentimientos de abandono pensando que a nadie le importa lo que a él o ella le suceda. Algunos podrían acercarse intentando sermonear y aleccionar respecto a la forma en que se debería haber hecho esto o aquello, con el fin de evitar la situación que ahora se atraviesa. Sin embargo, lo cierto es que eso es parecido a sumergirle la cabeza bajo el agua a alguien que se está ahogando. Consolar significa aliviar una pena, ayudar a la persona afligida a pensar con claridad, animarla a ver luz donde en ese momento solo puede ver oscuridad y, por sobre todas las cosas, hacerle experimentar el amor de Dios.

Ser buenas compañeras de quien se siente agobiada o agobiado por las dificultades es un ministerio que todas estamos en plena capacidad de realizar. Elena de White lo describe así: “La tarea a la cual se nos llama no requiere riqueza, posición social ni gran capacidad. Lo que se requiere es un espíritu bondadoso y abnegado y firmeza de propósito” (El hogar cristiano, cap. 4, p. 26).

Jesucristo es nuestro mejor ejemplo. Su corazón compasivo lo llevó a solidarizarse con el sufrimiento humano. El Salvador fue compañero de los sufrientes y amigo de los tristes. No se conformó con ser un simple espectador del sufrimiento ajeno. En un mundo como el nuestro, donde el sufrimiento abunda y el dolor hace presa de la mente y del corazón de tantos seres humanos, nosotras, sus hijas, hemos recibido un llamado a ejercer un ministerio de consolación comenzando por quienes viven bajo nuestro mismo techo.

Levanta tus Ojos

Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo en presencia tuya.

Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica. Salmo 88:1-2


 Las jornadas de trabajo de toda madre de familia son sumamente intensas.

Desde que sale el sol hasta que se oculta, la madre y la esposa cristiana se mantienen ocupadas procurando el bienestar de los suyos. A veces, es poco el tiempo que dedican a sus propias personas. Esto les provoca un gran desgaste, y puede motivar que se vean afectadas por el mal humor. Si eso sucede, su capacidad de servicio se reducirá, y los deberes del hogar la harán sentir mucho más abrumada.

Mi querida amiga y ama de casa, si tú eres el tipo de mujer que corre frenéticamente todo el día para atender tu hogar y al final de tus trajines te sientes decepcionada, ¡no te desesperes! Puedes hacer algunos cambios sencillos a fin de que tu situación ya no sea la misma. El primer paso es darse cuenta del problema y decidir racionalmente ponerle solución.

La primera “parada” que debes realizar en tu frenética carrera es descansar a los pies del Maestro. Puedes hacer esto dondequiera que te encuentres, ya sea en el mercado, en la cocina, en el lavadero o quizá de camino a la escuela. Sin importar dónde estés, eleva tu corazón al Señor y recibirás ayuda. Toma en cuenta que no hay un momento o lugar en el que sea impropio orar. No permitas que te agobien las circunstancias. No existe nada que nos impida elevar nuestro corazón al Cielo en oración.

A continuación necesitas reconocer que los beneficios recibidos al descansar en Dios son de vital importancia. Tener comunión con Dios nos prepara para hacer frente a los desafíos del día. De esa forma obtendremos una gran paz interior. Una madre irritada y regañona puede alejar la influencia transformadora del Espíritu Santo, y por ello su familia quedará a merced de las influencias negativas el enemigo.

Si eres una mujer cuyo corazón está abierto a recibir el apoyo y la bendición de Dios, podrás crear una atmósfera sana para interactuar con tus seres queridos.

Amiga, al concluir esta lectura, invita a Jesús para que te bendiga con su santa presencia. Estoy segura de que serás colmada de paz y de fortaleza para enfrentar los desafíos de este día.

No Permitas que la frustración te Domine.

Tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia, sí también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca. Santiago 5:7-8

 El trabajo del hogar nunca concluye. Los platos sucios y las camas representan una tarea inextinguible. Nunca se acaba la ropa sucia que necesita lavarse.

Revisar las tareas de los hijos es cosa de todos los días, y parece que nunca terminaremos de ordenar nuestras casas. A veces nos asalta la idea de que nada hemos logrado, y esa podría ser la misma idea de quienes nos observan.

La secretaria cumple sus objetivos cuando entrega a su jefe la tarea que le fue encomendada y gracias a eso experimenta un cierto grado de satisfacción. El mecánico se limpia las manos con placer cuando entrega el automóvil reparado. El contador se siente satisfecho cuando termina un estado financiero para su empresa.

Pero el ama de casa tiene que repetir la misma tarea día tras día. Son muchas las que, en vez de estar satisfechas y alegres, se sienten frustradas.

Es muy probable que muchas mujeres deseen abandonar el trabajo de casa para encontrar realización fuera de ella. Elena de White se refirió a eso cuando dijo: “Rara vez aprecia la madre su propia obra y a menudo atribuye un valor tan bajo a su labor que la considera como pesada rutina doméstica. Hace lo mismo día tras día, semana tras semana, sin ver resultados notables. Al fin del día no puede contar las muchas cositas que ha hecho. En comparación con lo que ha logrado su esposo, le parece que no ha hecho cosa alguna digna de mención” (El hogar cristiano, cap. 38, p. 207).

Sin embargo, Dios califica a las madres y esposas abnegadas como “mujeres virtuosas” (Prov. 31:10). Al final del tiempo, antes de que Cristo venga, se hará evidente el aprecio que siente Dios hacia las mujeres cristianas que le sirven mientras cuidan de sus hogares. Para el Señor tenemos tanto valor como si fuéramos piedras preciosas.

Al iniciar las actividades del día de hoy, recuerda que todo lo que haces lo observa nuestro Padre Celestial y queda registrado en los libros del cielo. Busca constantemente recibir la aprobación del Señor al cumplir en forma diligente tus deberes en casa. No pierdas de vista que cada cosa que haces por tu familia ¡redundará en su bienestar!

domingo, 24 de noviembre de 2013

Un Mensaje Especial de Verdad apropiado para este Tiempo


La proclamación del evangelio es el único medio en el que Dios puede emplear a los seres humanos como sus instrumentos para la salvación de las almas.

A medida que los hombres, las mujeres y los niños proclaman el evangelio, el Señor abrirá los ojos de los ciegos para que vean sus estatutos, y escribirá su Ley en los corazones de los penitentes sinceros. El vivificante Espíritu de Dios, obrando por medio de agentes humanos, lleva a los creyentes a ser de una mente, un alma; unidos en el amor a Dios y en la observancia de sus Mandamientos, preparándose aquí, abajo, para la traslación…

La obra de proclamar el evangelio de Cristo ha de ser hecha eficiente por la obra del Espíritu Santo. Que ningún creyente, en el día del juicio y la prueba, escuche las tramas del enemigo. La Palabra viva es la espada del Espíritu. Desde el cielo se enviarán clemencias y castigos. Tanto en las clemencias como en los castigos se revelará la obra de providencia 


Sigue tu paso en la carrera de la Vida

El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal? Hebreos 13:6


En cierta ocasión le preguntaron a sir Isaac Newton cómo habla logrado descubrir la Ley de la Gravitación Universal, a lo que respondió: “¡Pensando mucho en ella!”. Esa respuesta debe representar un buen estímulo para aquellos que creen que las cosas importantes y valiosas se obtienen fácilmente, o son producto de la casualidad. Lo cierto es que provienen de estar bien enfocados.

Para alcanzar todo sueño es necesario pensar intensamente en él, así como realizar un inventario de todos los recursos que poseemos para llegar a convertir ese sueño en una realidad. El éxito surgirá como resultado de la dedicación y del empeño que pongamos en nuestros proyectos, además de que de esa manera se eliminarán el temor y la incertidumbre que nos provoca lo desconocido.

Dios nos creó con un gran potencial y nuestro deber es emplearlo. Muchas personas deciden vivir en la mediocridad por el temor que tienen al desgaste que provoca un continuo esfuerzo. Otras no avanzan en la carrera de la vida porque no confían en ellas mismas ni en Dios.

Amiga, corre tu propia carrera, no la de otros; avanza tomada de la mano de Dios. Que tu oración cada día sea: “Oye, Señor; compadécete de mí. ¡Sé tú, Señor, mi ayuda!’’ (Sal. 30:10). Recuerda que para correr exitosamente la carrera de la vida necesitas dar algunos pasos previos:

• Descubrir cuál es tu misión en la vida.

• Pedir a Dios que te ayude.

• Fijarte el reto de aprender algo nuevo a diario.

• Dedicar más tiempo a las cosas que te cuesta trabajo realizar.

• Aceptar que tan solo con disciplina y perseverancia se alcanzan las metas.

• Agradecer a Dios a diario por cada paso que des en tu ruta hacia el éxito.

Amiga, la senda que te conducirá al éxito ya está trazada. La definió Jesús para ti. Esta mañana, al orar, no le pidas a Dios un sinnúmero de cosas; pídele más bien que te ilumine para saber por dónde debes caminar.

334LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER

viernes, 22 de noviembre de 2013

Forjadoras de prosperidad

Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. 

2 Timoteo 1:7

 Dios ha colocado a las mujeres en una posición especial y delicada. Somos forjadoras de las nuevas generaciones. Por ejemplo, en nuestra función maternal compartimos la gran responsabilidad de formar ciudadanos para el mundo venidero. Y mucho de esto lo hacemos desde la trinchera de nuestro hogar.

En los momentos cruciales de la historia de este mundo Dios escogió a mujeres sencillas para que asumieran funciones de gran trascendencia. Dios llamó a María para que actuara como la madre terrenal de su Hijo. Durante su ministerio terrenal, Jesús se encontró con mujeres que traían a sus hijos a sus pies, y tenían en ocasiones que superar numerosos obstáculos.

Para realizar esa noble tarea que es la maternidad, Dios nos dotó de un gran espíritu de lucha y de una gran capacidad de resistencia en todos los sentidos, tanto al dolor físico como a las cuestiones emocionales. Hay muchas madres que han realizado actos heroicos cuando se trataba de salvaguardar la integridad de un hijo. Mujeres que por el bienestar de sus familias incluso llegaron a renunciar a sus propias vidas.

La época en que vivimos requiere mujeres que posean cualidades destacadas, que no se acobarden ante las circunstancias. Dios nos promete toda la ayuda necesaria a fin de poner nuestro hogar y nuestra familia a salvo. Hoy debemos preparar familias para el cielo, y ese es el más grande de los desafíos. Sin embargo, también debemos asumir la responsabilidad de criar familias sanas en medio de una sociedad enferma y decadente.

El Señor nos extiende una invitación a través del apóstol: “Nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza” (Efe. 6:12-13).

Dios desea que descubramos en él la vocación de nuestras vidas, y que aceptemos el desafío de ser tanto conservadoras como transmisoras de valores eternos, al colocar toda nuestra confianza en él. Pongámonos su armadura. Que tu oración para este día sea: “Oye, Señor; compadécete de mí. ¡Sé tú, Señor, mi ayuda!” (Sal. 30:10).

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER

¿Necesitas perdonar a alguien?

Revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro.

Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Colosenses 3:12-13

 
Si hemos sido víctimas de alguna agresión, si alguien nos ha perjudicado voluntariamente o si no podemos olvidar determinada ofensa, corremos el riesgo de que se arraigue en nosotras uno de los sentimientos más destructivos: el rencor.

El rencor no solamente afecta a la mente (a los pensamientos y a las acciones), sino que se “extiende” por todo el cuerpo. Podemos comprobar esto cuando nos encontramos con alguien que nos ha ofendido. Nos sudan las manos, se siente un extraño vacío en la boca del estómago, se nos seca la boca y aumenta el ritmo cardíaco. El precio que debe pagar alguien que vive con el rencor es muy elevado.

El rencor suele dar paso al enojo y este, si no se combate, se transformará en amargura.

El perdón es la única manera que tenemos para deshacernos de las cadenas del rencor, y es en esta arena movediza en la que casi todos los humanos quedamos “atrapados”. Los sentimientos negativos muchas veces son más fuertes que nuestra voluntad de perdonar. Por eso, no damos el paso, y vivimos encadenados a nuestras emociones.

Perdonar es un acto de la voluntad, no de la emoción, y también es un acto de fe. Debemos confiar en que Dios nos dará las fuerzas que necesitamos para romper las cadenas de amargura que nos atan. Recuerda lo que dijo el salmista respecto a lo que el Señor es capaz de hacer: “Restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas” (Sal. 147:3). Si confiamos en Dios, entonces sanaremos, aunque quizá queden cicatrices que nos hagan recordar para siempre aquello que nos causó daño.

Al hacer lo anterior, los recuerdos no estarán revestidos de sentimientos negativos, sino de misericordia. Es entonces cuando la justicia de Dios nos reivindicará. No olvides que cada día tú misma recibes el perdón de Dios sin merecerlo.

Amiga, hoy es una excelente oportunidad para que nos liberemos de las cadenas del rencor, la ira y la amargura. Lo lograremos al ejercer fuerza de voluntad y al pedir y recibir ayuda divina. Entonces seremos dignas de decir al Señor: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mat. 6:12)..

Personas Dificiles

Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado; los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. (Salmo 113:7-8)

 Alguna vez te has topado con alguien que todos consideran “una persona difícil”? Quizá se trate de una persona que no acepta consejos, que siempre está con el ceño fruncido cuando todos los demás se ríen y que, por lo general, ve tan solo el lado oscuro de las cosas.

Las personas difíciles abundan, y la mayoría de ellas declaran que tienen razones válidas para ser como son. Las encontramos de todas las edades y sexos, incluso de las distintas clases sociales. Su manera de ser es quizá una “trinchera” para protegerse del mundo, un mecanismo para ocultar el posible dolor que encierran en su interior y que no desean mostrar. Por otro lado, muchas son personas que consideran que se debe luchar con denuedo para alcanzar cualquier meta.

Esas personas “difíciles” quizá tienen una gran necesidad de ayuda emocional y espiritual y no se atreven a pedirla. Consideran que, de hacerlo, se mostrarían vulnerables frente a los demás y perderían su fuerza o prestigio. Es posible que en las etapas primarias de la vida hayan sido maltratadas física o verbalmente.

Temen actuar en forma sensible o simpática. Se amilanan ante el rechazo, y quizá por eso jamás demuestran el amor que Dios puso en ellas.

Su necesidad más urgente consiste en reconciliarse con Dios, con ellas mismas y con los demás. De hecho, el Señor podría usarte para que seas un canal por el cual fluya el perdón a las vidas de esas personas. Acércate a ellas, y ojalá que puedan sentir a través de ti la caricia de Dios. Recuerda el consejo: “Levanta del polvo al desvalido y saca del basurero al pobre para sentarlos en medio de príncipes” (1 Sam. 2:8). Si aceptas ese desafío, serás como la mano de Dios que se extiende para sanar e impartir una nueva expectativa de vida.

Amiga, hoy piensa en alguien a quien puedas prestar tu ayuda. Permite asimismo que el Señor te utilice como un instrumento de sanidad. Al hacerlo, solicita su dirección para obrar con tacto y con el amor de Cristo. Quizás antes de obrar debes orar y ayunar por esa persona o personas. Que tu pensamiento sea: “Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos” (Sal. 12:5).

jueves, 21 de noviembre de 2013

Tu talla no es la misma

Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Efesios 5:21

 Una de las situaciones más complicadas que he vivido la experimenté cuando, junto con varias amigas, nos dispusimos a adquirir la vestimenta que utilizaríamos en determinada celebración. De más está decir que la empleada de la tienda que nos atendió terminó exhausta y frustrada, pues entre todos los vestidos que nos mostró ninguno llegó a ajustarse a los deseos y expectativas de todas.

Cuando elegíamos algún modelo, resultaba que las tallas no se ajustaban a todas y luego algunas, con el deseo de no echar por tierra la difícil selección, insistían en que todas debíamos “ajustarnos” a las tallas disponibles. ¡Eso era imposible!

Todas teníamos tallas diferentes y nuestras medidas corporales variaban. Luego, las emociones comenzaban a fluir: frustración, molestia, cansancio; todo ello fue el complemento de la jornada.

Algo parecido suele suceder en nuestra convivencia con los demás. Olvidamos la necesidad de respetar las diferencias individuales. Pues bien, si físicamente somos todas diferentes, también lo seremos en lo emocional y en lo espiritual.

Cada quien percibe su entorno de acuerdo a lo que ve a través de su ventana emocional.

Las experiencias adquiridas en el hogar, en el medio físico en que nacimos y crecimos, las tendencias genéticas, todo ello hace de cada persona un ser único.

Una convivencia feliz está garantizada si nos mantenemos atentas a las necesidades de los demás, y si respetamos las diferencias individúales. Pensemos en quienes nos rodean como si fueran los colores de un arco iris; aunque diferentes, su unión forma una incomparable armonía. Una palabra clave en la vida es precisamente esa: “armonía”.

Jesús, durante toda su vida, se relacionó con los niños, con las mujeres, con los pobres y con los ricos. Fue sensible a las necesidades de la mujer que lo ungió con un perfume especial; fue solidario ante la congoja de Marta y María cuando Lázaro murió.

Amiga, ojalá que las palabras de Elena de White te sean de gran ayuda en este día: “Cuando atesoramos el amor de Cristo en el corazón, así como una dulce fragancia no puede ocultarse, su santa influencia la percibirá la gente con quien nos relacionamos” (E! camino a Cristo, cap. 9, p. 114).

Forgiven Reencuentro - volaremos

Volaremos a un nuevo Lugar, donde no habrá llanto ni dolor...
porque su verdad nos dará libertad...

Allá espero verte en las mansiones Celestiales

domingo, 17 de noviembre de 2013

El precio del Presente

Está escrito
EL PRECIO DEL PRESENTE
Todos los años millares de personas visitan Juazeiro del Norte para ver la imagen del Padre Cíacero. Otros miles peregrinan hasta Aparecida del Norte, en San Pablo. ¿Cuál es el motivo? ¡Cumplir sus promesas! Son personas que para conseguir alguna bendición de Dios, prometen hacer algún sacrificio.
Finalmente, ¿qué es necesario hacer para ganar la salvación, y la vida eterna? ¿Qué es lo que Dios espera de mí?
“¡Es un regalo! Un favor inmerecido, un presente de Dios para usted. Y la parte que le corresponde hacer es sólo aceptar este favor de Dios”.
EL PAGADOR DE PROMESAS
La Biblia cuenta la historia de un hombre que comenzó buscando la salvación en forma equivocada, pero después encontró el camino correcto. Saulo fue educado por los mejores maestros de su época y seguía fielmente todas las costumbres judías. En una de sus cartas él se describe así:“Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, irreprensible”.Filipenses 3: 5 y 6.
Él era un LEGALISTA. El legalista concentra su atención en el comportamiento 1 y, en general, es fanático. Saulo era un fanático, perseguía cristianos, aquellos que creían en la muerte y resurrección de Jesús.
Era difícil, para Saulo, entender como Jesús podría ser verdaderamente el Mesías. Para él, el Hijo de Dios no comería con pecadores, no invitaría a iletrados pescadores para ser sus discípulos y, mucho menos perdonaría a una prostituta encontrada en pleno adulterio.
Tal vez usted esté pensando que Saulo era un hombre malo. ¡No! Él era muy sincero, pero estaba sinceramente equivocado. Hoy, esto también sucede con muchas personas. Pero Dios que conoce los corazones, conocía la realidad del corazón de Saulo y sabía que él deseaba encontrar la verdad.
Cierto día, mientras caminaba por la ruta a Damasco, Saulo tuvo una experiencia que transformó para siempre, su vida y la historia del cristianismo. Él que tenía la seguridad de que la resurrección de Jesús era una farsa, de repente se encontró en el camino, con Jesús mismo.
“¡Cumplir sus promesas! Son personas que para conseguir alguna bendición de Dios, prometen hacer algún sacrificio.
Alrededor del medio día… estando en el camino, vi una luz del cielo, más resplandeciente que el sol… todos caímos en tierra. Entonces oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Entonces pregunté: “¿Quién eres tú Señor?”. Y el Señor respondió: “Soy Jesús a quien tu estás persiguiendo”. 2
Saulo pensó que Jesús acabaría con su vida, pero Jesús le dijo: “Levántate y ponte sobre tus pies, porque te he aparecido para esto: para constituirte en ministro y testigo de las cosas que has visto de mí y de aquellas en que apareceré a ti”. Hechos 26: 16.
SALVACIÓN POR LA GRACIA
En ese encuentro con Jesús, Saulo experimentó la gracia y transformó su vida. “Y en seguida predicaba a Jesús en las sinagogas, diciendo: ‘Este es el Hijo de Dios”. Hechos 9: 20. Saulo, que era perseguidor de cristianos, pasó a ser llamado como PABLO, el perseguido por causa de Cristo.
Así es la gracia de Jesús en nuestra vida. Puede que usted no se interese por Él. Puede reír, hacer bromas y hasta perseguir a quienes lo siguen. Pero de repente Jesús se aproxima hasta usted y dice: “¡Hijo yo te amo! ¡Te acepto! ¡Te perdono!”.
Vea lo que Pablo escribió acerca de la gracia: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. Efesios 2: 8. La gracia es un regalo de Dios para usted, es un favor inmerecido. Para recibirlo usted sólo debe aceptar ese regalo. ¡La gracia, es de gracia!
Años atrás hubo una conferencia en Inglaterra. ¿El objetivo? Comparar las religiones. Teólogos del mundo entero debatían para descubrir una creencia común y exclusiva del cristianismo.
El debate prosiguió durante algún tiempo, hasta que C.S. Lewis entró en el recinto… y escuchando las respuestas de sus colegas, quienes estaban discutiendo acerca de la contribución única del cristianismo entre las religiones del mundo, Lewis respondió: “Eso es fácil, es la GRACIA”3.
Cada religión presenta un camino para alcanzar la salvación:
  • El budismo señala un camino de ocho pasos;
  • El hinduismo enseña la doctrina del karma.
  • El judaísmo predica la alianza judaica.
  • Los musulmanes predican su código de ley.
La gracia de Dios no podría ser inventada por alguna persona. Ella está en contra de cada instinto humano. Es injusta a nuestros ojos. Dios debería darnos la recompensa que merecemos, y lo que merecemos es la muerte, pues “la paga del pecado es la muerte”. Nuestra comprensión de justicia es limitada, pero la gracia de Cristo está más allá de lo que nuestra mente finita puede comprender, “porque el don gratuito de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. Romanos 6: 23.
Pablo entendió que la salvación no puede ser adquirida mediante “obras de la ley”, legalismo, en otras palabras, por guardar los mandamientos como un medio de salvación. Él notó que, sólo a través de la gracia de Cristo, podemos ser justificados: “Porque por las obras de la ley nadie será justificado delante de él; pues por medio de la ley viene el reconocimiento del pecado. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Romanos 3: 20 y 24.
Mientras se predica la salvación a través de la caridad, de las promesas de sacrificio hechas a Dios, y de otras peregrinaciones hechas a Dios, el Señor nos invita a que abracemos la salvación “de gracia”.
SI ME AMAS
Después de su transformación, Pablo comenzó a estudiar y meditar en las enseñazas de Jesús, en su vida de amor y servicio. Y encontró entre las enseñazas de Jesús lo siguiente: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. Juan 14: 15.
“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. Juan 15: 10.
Inicialmente parecía antagónico aceptar la salvación por la gracia  y al mismo tiempo guardar los mandamientos, pero enseguida notó que Jesús unía ley y amor fácilmente en sus palabras.
En el Sermón del Monte, Jesús dijo: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir”. Mateo 5: 17.
Pablo entendió que Jesús no desplazó la ley: “¿Anularemos la ley, pues por la fe? ¡No! ¡De ninguna manera! Antes confirmamos la ley”. Romanos 3: 31. En otras palabras, Pablo está diciendo: “Cuando amo a Jesús y tengo fe en Él, no estoy anulando la ley, sino confirmándola a través de mis acciones”. Si Jesús no vino a abolir, ¿para qué sirve la ley?
EL PROPÓSITO DE LA LEY
1 No tendrás otros dioses delante de mí.
2 No te harás imágenes de escultura.
3 No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano.
4
5 Honra a tu padre y a tu madre.
6 No matarás.
7 No adulterarás.
8 No hurtarás.
9 No dirás falso testimonio.
10 No codiciarás.
La ley de Dios es la expresión de su carácter, tiene las mismas características de Dios mismo. No necesita de reformas o de actualizaciones; es perfecta y útil para mostrar cual es la voluntad de Dios. Pablo escribió: “La ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno”. Romanos 7: 12.
Cuando estamos en pecado, la ley nos muestra nuestra condición. Si no existiese, nunca sabríamos cuanto nos hemos apartado de Dios. “¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? ¡De ninguna menera! Sino que, no hubiese conocido el pecado, si no fuese por intermedio de la ley”. Romanos 7: 7.
La ley señala mi pecado, pero no tiene poder para borrar mis errores, solamente Cristo es capaz de hacer eso, a través de su gracia. La ley revela nuestra necesidad de un Salvador:“De manera que la ley nos sirve de ayo, (maestro), para conducirnos a Cristo a fin de que fuésemos justificados por fe”. Gálatas 3: 24. Vea todo lo que Pablo descubrió y piense: ¿Será que Dios realmente pensó en abolir su ley?
La Biblia dice que “la ley del SEÑOR  es perfecta y restaura el alma”. Salmo 19: 7.  Si la ley de Dios es perfecta, ¿qué interés puede tener Dios en cambiarla? Dios no cambia. Entonces su ley tampoco cambia. Él dice: “No aumentarán a las palabras que les he ordenado ni de ellas retiraréis nada, mas obedezcan los mandamientos del SEÑOR, tu Dios, que les ordeno”.Deuteronomio 4: 2.
¿Realmente usted cree que Dios abolió su ley? La respuesta está más que comprobada: ¡No! ¿Notó usted que dejé de de citar uno de los mandamientos de la ley de Dios? Es lo que vamos a estudiar en el próximo capítulo: El cuarto mandamiento.

Tiempo para Ti

Cómo restaurar el equilibrio emocional.
Si las últimas décadas se caracterizaron por las victorias de la medicina sobre muchas enfermedades del cuerpo, el desafío del siglo XXI es ayudar a la humanidad a no entrar en un colapso emocional. No se trata solamente de los disturbios serios, que necesitan un tratamiento profesional con terapias y medicamentos, sino del equilibrio emocional del diario vivir. Vale la pena recordar que la salud es mucho más que la ausencia de enfermedad, es tener bienestar total.
Los especialistas hablan de varios enemigos de la salud emocional, entre ellos la ansiedad y la culpa. Los síntomas pueden percibirse en el padre que pierde el sueño por causa del riesgo del desempleo; en la mujer que vive la presión de combinar el trabajo fuera de la casa con el papel de madre; o en el adolescente que, bombardeado por la propaganda, cree que su valor se mide por la marca de su ropa. Lo peor de la ansiedad es que nos ata al futuro. Coloca la felicidad como algo a ser alcanzado, pero que no está disponible en este momento. Crea un sentimiento de constante insatisfacción, mal humor e intolerancia. Hace que las incertidumbres del mañana nos roben la paz de hoy.
La culpa, a su vez, nos amarra al pasado. Su peso puede ser sentido por los padres que perdieron un hijo por causa de las drogas; por el joven, en otro tiempo ingrato, que ahora toca el ataúd de su madre; o por el marido que carga en sus espaldas la destrucción de su hogar por una aventura amorosa. La culpa que no se resuelve agota las fuerzas. Absorbe todo lo que hay de bueno en nosotros. Se ríe de nuestros sueños de libertad y regeneración, tirando en la cara del culpable una deuda impagable. Genera angustia y depresión. Puede matar.
El problema es moderno, pero la solución de Dios es muy antigua: “No se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas” (S. Mateo 6:34). El consejo es simple y práctico, porque él, en el versículo anterior, promete suplir todas las necesidades de aquellos que lo busquen (vers. 33). Si dudas, mira las aves, que no piden socorro ni hacen nada para merecer que se las auxilie, pero aun así reciben ayuda (vers. 26). El texto incluso dice que es inútil que el hombre se angustie en relación con lo que no puede cambiar, pues lo que está más allá de nosotros debemos confiárselo a Dios (vers. 27). Para los ansiosos, Dios puede quebrar las cadenas que los amarran al futuro.
Con relación a la culpa, algunos psicólogos dirían que el Cristianismo es la religión que más oprime al hombre. Es cierto que una errónea comprensión del carácter divino convirtió la fe en un fardo insoportable. Algunos llegaron a considerar la voz del Diablo más dulce que la de Dios. Pero no es ese el retrato que pinta la Biblia: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (S. Mateo 11:28). El Dios bíblico concede una paz interior que va más allá de todo entendimiento, porque no proviene de las movilizaciones contra la violencia o los acuerdos de cese del fuego, sino de un toque de Aquel que conoce el alma humana. Él es especialista en arrojar las culpas en el fondo del mar y borrar un pasado perturbador.
Consciente del desequilibrio del hombre moderno, Dios proveyó un día por semana para celebrar la libertad emocional. El sábado es el símbolo del cuidado y del perdón de Dios. Del cuidado, por que se acepta el desafío de quedar lejos de las preocupaciones diarias durante 24 horas. Las cuentas y los compromisos no dejan de existir, pero la responsabilidad se comparte con Dios. Fue esa la experiencia del pueblo de Israel en el desierto. Todos los viernes caía maná (pan del Cielo) en doble cantidad, a fin de que el sábado descansaran en la providencia divina (Éxodo 16).
El séptimo día también es el antídoto para la culpa, pues es un regalo, así como el perdón de Dios. Durante el sábado, se nos invita a descansar, no solo físicamente, sino también de nuestros miedos y traumas. Es el abrazo del Padre para el hijo acosado y lastimado. Es un mensaje del Cielo, en el presente, de que es posible vivir libres del pasado y no temerle al futuro.–Wendel Lima.

La ciudadela del alma

La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. Romanos 8:6

 Hay dos fuerzas opuestas que luchan en nuestro interior: la actitud pecaminosa, y la que proviene del Espíritu de Dios. Podemos vivir para el bien, o vivir para el mal; la elección es nuestra. La Biblia declara: “La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios”

 (Rom. 8:7-8).

La lucha suele estar en nuestra mente y afecta a todos nuestros actos, ya que da origen tanto a los deseos santos como a los pecaminosos. Dios nos advierte acerca de los peligros que corremos si permitimos que los pensamientos malsanos controlen nuestra vida: “Como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer” (Rom. 1:28). Lo que vemos y escuchamos, lo que tocamos y olemos, provoca en nosotras sensaciones que darán paso a diversas actitudes.

Elena de White hablaba de “la ciudadela del alma”, afirmando que, como centinelas de la misma, jamás debemos bajar la guardia, ni siquiera un segundo.

Para librarnos de una mentalidad errada, debemos apropiarnos del pacto que Dios hizo con su pueblo: “Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente” (Heb. 10:16). Nos corresponde poner a un lado y alejar de nuestra vida todo aquello que contamine nuestra mente, y permitir que Dios tome posesión de ella. Estos consejos prácticos pueden ayudarnos en este propósito:

• Cada mañana al despertar, ora y da gracias a Dios por el nuevo día.

• Saluda a todas las personas que te encuentres.

• Realiza una acción generosa a favor de otro.

• No critiques las acciones de los demás.

Por último: “Consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio” (Fil. 4:8). En esas cosas, es en lo que realmente merece la pena pensar. Entonces, nuestra conducta irá acorde con ellas.

Recuerda: cuida la ciudadela del alma, que es la mente.

LECTURAS DEVOCIONALES PARA LA MUJER

sábado, 16 de noviembre de 2013

Cambiemos para Bien

Nos escondemos 
Para no comprometernos, 
Y culpamos a la gente 
Culpamos presidentes, 
Y sistemas de gobierno 
Pero cambiándome a mi mismo 
Es como traigo paz a mi tierra, 
Porque es en el corazón 
Donde comienzan las guerras. 
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”.