viernes, 30 de mayo de 2014

15 Razones Para Empezar a Comer Pepino

Posiblemente el pepino es nativo de India, no se tiene una certeza de ello. Lo que es un hecho es que el pepino ha sido cultivado desde hace aproximadamente 3000 años en el oeste asiático. Probablemente fue llevado hacia Europa por los romanos. Hoy en día, la planta de pepino es una de las más cultivadas en el mundo, compite con las plantas de tomate, cebolla y col. Los romanos no simplementecultivaban el pepino, se aseguraban de que pudiera crecer en invernaderos para que el emperador Tiberio siempre tuviera pepinos a su antojo cuando no fuera la temporada de cultivo. Se cree que consumía pepinos a diario. En Egipto, Cleopatra era quien se beneficiaba de las propiedades del pepino; se cree que sabía cómo beneficiarse de las propiedades del pepino para lograr su belleza.

El nombre científico del pepino es Cucumis sativus, pertenece a la familia de las cucurbitáceas, donde se incluyen los melones, las sandías y las calabazas. Así que, de acuerdo a los botánicos, puesto que una fruta es la parte de la planta que se desarrolla a partir de una flor, y que además es la parte de la planta que posee las semillas, el pepino no es un vegetal o verdura como comúnmente se cree, realmente se trata de una fruta. A los vegetales se les considera como el resto de las partes de la planta, lo cual puede incluir los tallos, las hojas y las raíces. Pero para términos prácticos o culinarios, es común llamar vegetal al pepino puesto que tiene las características de un vegetal, no es dulce y tiene el color de la mayoría de los vegetales.

Aquí les dejamos 15 Razones por las cuales deberíamos comer Pepino!

1. Hidrata el cuerpo

Un pepino fresco es 90 por ciento agua, por lo que si no te divierte mucho servirte agua del garrafón, una ensalada que incluya pepino puede ser una genial alternativa.

2. Combate el daño solar

Comer pepino consigue controlar el nivel de acidez en la piel. Al aplicar pepino en la piel se pueden curar quemaduras solares.

3. Elimina toxinas

Toda el agua que contiene el pepino actúa como una aspiradora, que elimina los que el cuerpo no necesita. De hecho, el consumo regular de pepino puede disolver cálculos renales.

4. Repone vitaminas

Los pepinos contienen la mayor cantidad de vitaminas que el cuerpo humano requiere al día. Las vitaminas A, B y C ayudan al sistema inmunológico y proporcionan energía. Para que el efecto del pepino sea más efectivo, se puede combinar con espinaca y zanahoria en un rico jugo; pero sin quitarle la corteza, pues esta contiene el 12 por ciento de la vitamina C que debemos consumir a diario.

5. Minerales

El potasio, magnesio y silicio son minerales contenidos abundantemente en los pepinos. Su principal función es tonificar, suavizar y mejorar en general el aspecto de la piel.

6. Digestión y pérdida de peso

Debido a su alto contenido en agua y al ser bajo en calorías, el pepino es un alimento ideal a incluir en la dieta de quienes buscan bajar de peso. Se recomienda agregarlo como complemento, en ensaladas, o servirlo con yogurt bajo en grasa. Además, su alto contenido en fibra lo hace muy favorecedor para el proceso de digestión. Si se consume diariamente, ayuda a prevenir el estreñimiento crónico.

7. Termina con ojeras

Las propiedades anti-inflamatorias de los pepinos, son muy útiles para eliminar ojeras o “bolsas” debajo de los ojos. Aunque crean que es un cliché, es muy recomendable poner dos rodajas de pepino sobre los ojos cerrados para eliminar la hinchazón.

8. Lucha contra el cáncer

Secoisolariciresinol, lariciresinol y pinoresinol, son tres lignanos contenidos en los pepinos, que están fuertemente ligados a la prevención de varios tipos de cáncer, como el de mama. ovario, próstata y útero.

9. Combate diabetes, reduce el colesterol y controla la presión arterial

El jugo del pepino contiene una hormona necesaria para que las células del páncreas produzcan insulina, hormona benéfica para los pacientes con diabetes. Investigadores han descubierto que los esteroles, un compuesto químico que contienen los pepinos, son capaces de disminuir los niveles de colesterol. El potasio, magnesio y fibra de los pepinos también ayudan a regular la presión arterial.

10. Encías saludables y aliento fresco

Los jugos que derrama el pepino al ser masticado, sana y refresca las encías enfermas; pero además los fitoquímicos que contiene, nos aseguran tener un buen aliento. Basta con poner una rodaja de pepino entre los dientes por una media hora para que las bacterias que causan el mal aliento “mueran”.

11. Cabello y uñas perfectas

El silicio y azufre contenidos en los pepinos, ayudan a tener un cabello y uñas brillantes, fuertes y saludables. Además contribuyen a su rápido crecimiento.

12. Promueve salud de articulaciónes

El mismo silicio, hace que las articulaciones se vuelvan más fuertes, gracias a que fortalece los tejidos conectivos. Al ser consumido como jugo junto con un poco de zanahoria, elimina el dolor de artritis y la gota, por la reducción del ácido úrico.

13. Cura la resaca

Los pepinos contienen mucha vitamina B, azúcar y electrolitos necesarios para prevenir las resacas o el dolor de cabeza al despertar. Antes de ir a dormir se recomienda comer algunas rebanadas o cortes de pepino, sobre todo su se ha bebido alcohol.

14. Mantiene riñones en forma

Como se mencionó, los pepinos reducen el ácido úrico en el cuerpo y mantienen sanos los riñones.

15. Son deliciosos

Un buen pepino partido en trozos con algún aderezo o tal vez sal, limón y un poco de chile, son la botana perfecta para cualquier día. El pepino es la cuarta hortaliza más cosechada en el mundo, es muy nutritivo y bueno para la salud. Así que procura tener siempre en tu refrigerador para hacer tus aperitivos, jugos o ensaladas.


Lo volveré a ver


“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:13

La muerte de mi hijo produjo grandes cambios en todos cuantos lo conocían. En la iglesia hubo un despertar notorio.

La piedad, que parecía haberse enfriado, cobró su lugar de privilegio. La vicedirectora del colegio al que asistía Josué publicó en internet un homenaje destacando su conducta cristiana y la fidelidad a sus principios.

Mucha gente se nos acercó preguntándose “¿por qué?” Al responder, enfatizamos el amor de Dios al dar oportunidad al que no está preparado, o al llamar al que, preparado, no podría sostener su fe en tiempos difíciles.

Estas respuestas me traían una y mil veces la imagen de Josué… y me dolía profundamente.

Recordando historias bíblicas de madres que clamaron con fe por la resurrección de sus hijos muertos hasta que Jesús los resucitó, personalmente o mediante el profeta, pensé: “¿Y si me faltó fe? Yo sé, Señor, que tú lo llamaste al descanso, pero… ¿no será que debí haber orado por la resurrección de mi hijo, y su muerte me sorprendió tanto que no tuve la fe que ameritaba un milagro?”

Entonces, le hice una propuesta al Señor: “Ya que se acerca el cumpleaños de Josué, iré al cementerio a orar por su resurrección. Solo si la lluvia torrencial me impide entrar al cementerio, no iré, y entenderé que reservas el milagro de la resurrección de Josué para cuando vuelvas por segunda vez”.

La esperanza de ver a Josué me dio el ánimo que hacía tiempo me faltaba. Me preparé para el día siguiente, le avisé a mi esposo que no regresaría a casa por varias horas porque tenía “algo que hacer”. La noche me sorprendió orando, y un cielo estrellado me daba cada vez más esperanza de vivir un gran momento. Me dormí imaginando cómo sería el encuentro, hasta que una fuerte tormenta eléctrica, con vierto y granizo me despertó.

No perdí la esperanza, aún faltaba que amaneciera. Amaneció y la violenta tormenta no disminuyó. Todo ese día y parte del siguiente sufrimos la furia de un clima amenazador.

Una vez más el Señor habló: “Debes esperar, aún no es el tiempo. Cree y confía. No te olvides que te amo. Lo volverás a ver. Aguarda”.

Rosario Perdomodo Larrosa, Uruguay

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER



El Amor de Dios

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado al Eterno (Dios), sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4: 10).

El amor es el principio fundamental del gobierno del Eterno en los cielos y en la tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano... Y el amor se revelará en el sacrificio.
El plan de redención fue fundado en el sacrificio, un sacrificio tan amplio y tan profundo y tan alto que es inconmensurable. El Mesías lo dio todo por nosotros, y aquellos que reciben al Mesías deben estar listos a sacrificarlo todo por la causa de su Redentor.
Cuando el pecado de Adán hundió a la raza en la miseria y la desesperación, el Eterno podría haberse separado de los caídos. Podría haberlos tratado como merecen que se trate a los pecadores. Podría haber enviado a sus ángeles para que derramaran sobre nuestro mundo las copas de su ira. Podría haber hecho desaparecer esta oscura mancha del universo. Pero no lo hizo. En lugar de echarla de su presencia, se acercó más a la raza caída. Dio a su Hijo para que llegara a ser hueso de nuestro hueso, y carne de nuestra carne. . .
El don del Eterno en favor del hombre excede a todo cálculo. Nada se escatimó. El Eterno no podía permitir que se dijera que podía haber hecho algo más, que podía revelar a la humanidad un amor mayor. En el don del Mesías, dio todo el cielo. 

LOS QUE HAN PROFESADO AMAR AL MESÍAS NO HAN COMPRENDIDO LA RELACIÓN QUE EXISTE ENTRE ELLOS Y EL ETERNO, Y TODAVÍA APENAS SI LA COMPRENDEN OSCURAMENTE. TAN SÓLO VAGAMENTE COMPRENDEN LA MARAVILLOSA GRACIA DEL ETERNO AL DAR A SU UNIGÉNITO HIJO PARA LA SALVACIÓN DEL MUNDO.

A fin de conquistarse al hombre y asegurar su eterna salvación, el Mesías dejó las cortes reales del cielo, y vino a esta tierra, soportó las agonías del pecado y la vergüenza en lugar del hombre, y murió para libertarle. En vista del precio infinito pagado por la redención del hombre, ¿cómo puede cualquiera que profese el nombre del Mesías atreverse a tratar con indiferencia a uno de sus pequeñuelos? ... ¡Con cuánta paciencia, bondad y afecto debieran tratar lo adquirido por la sangre del Mesías! 

AMADA/O HNO. /A: ¿LO SACRIFICAS TODO POR EL MESÍAS, TRATAS CON PACIENCIA, BONDAD Y AFECTO A TODOS LOS QUE ESTÁN CERCA DE TI? TE INVITAMOS A SUMARTE A NUESTRA FAMILIA FACEBOOK PARA SEGUIR CRECIENDO EN LA GRACIA DEL MESÍAS.




Reflexión:



Aunque debemos dirigir al pecador a Jesús porque es el único que puede quitar el pecado, también debemos explicarle lo que es el pecado y hacerle sentir que debe cesar de transgredir la ley de Dios. Puede ser salvo de sus pecados, pero no en sus pecados. Muchos años después de la muerte de Cristo, Pablo pregunta: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” (Romanos 7:7). 
De esta manera Pablo exalta la ley de Dios y muestra la sabiduría divina para ayudamos a detectar el pecado y descubrir los defectos de carácter moral. A la luz de la ley se ve la terrible deformidad del pecado.

La ley dada en el Sinaí es una copia de la mente y la voluntad del Dios infinito. Es reverenciada por los ángeles. La obediencia a sus requerimientos perfeccionará el carácter cristiano y, mediante Cristo, restaurará en el ser humano la condición que tenía antes de la caída. Los pecados prohibidos en la ley, no encontrarán cabida en el cielo.

Fue el amor de Dios por la raza humana lo que lo llevó a expresar su voluntad en el Decálogo. El pecado había oscurecido la percepción moral, y Dios descendió al Monte Sinaí para declarar su ley y escribirla en tablas de piedra. También expresó su amor por los seres humanos al enviar profetas y maestros para que les recordasen su ley.
Dios le ha dado al ser humano una regla completa de cómo vivir. Si la obedece, le dará vida mediante los méritos de Cristo. Si la desobedece, tiene poder para condenarlo. La ley lo lleva a Cristo, y Cristo le muestra nuevamente su ley (Review and Herald, 27 de septiembre de 1881).





lunes, 26 de mayo de 2014

Plenitud en Cristo

Melisa despierta sobresaltada, con la frente húmeda y los labios secos. Intenta murmurar algo, pero solo consigue llorar. El dolor de la pérdida es abrumador; siente que el mundo cayó encima de ella. Acaba de salir del hospital, después de recuperarse de un terrible accidente, en el que fallecieron sus padres. Ella quedó con marcas horribles en su cuerpo, y se encuentra completamente desorientada.
Hija única, de 22 años. No sabe cómo enfrentar la nueva fase de su vida. Se siente sola, abandonada, y mira al futuro con miedo.
"En mi corazón ya no hay alegría", piensa en silencio. Y una lágrima rebelde resbala por los surcos de sus cicatrices. Melisa, ¡no pierdas la esperanza! La vida sin esperanza no tiene sentido. Es necesario tener esperanza. La noche pasará, y vendrá un día lleno de sol. Aún es posible realizar el sueño que la tragedia despedazó. El dolor pasará, y tu corazón volverá a cantar como cantan las aves celebrando la llegada de un nuevo día. Espera en Jesús, y confía en él aunque los vientos contrarios intenten arrebatar tu fe.

Al fin de cuentas, tú no estás sola en este mundo. Tú, como el profeta Miqueas, en medio de la adversidad tienes un Dios a quien mirar y en quien confiar.
El año se fue. Abre las cortinas de tu corazón; deja entrar al sol de un nuevo día. Confía en las promesas maravillosas de Dios. Él jamás te prometió que, en este mundo de dolor, la tristeza pasaría de largo. Las lágrimas son una realidad innegable de este mundo de pecado. Pero, nada está perdido para quienes confían en Jesús.
Espera en Dios. La esperanza cristiana no es el simple deseo de que las cosas mejoren, sino la certidumbre de que el sol volverá a brillar, aunque en este momento solo veas nubes que anuncian tormenta. La vida pudo haberte quitado muchas cosas; puedes tener motivos suficientes para creer que el año que pasó fue el más terrible. Pero se fue. Ya es historia. Tú no vives de la historia. Proyéctate hacia el futuro con fe. Comienza un nuevo año, repitiéndote a ti misma la oración de Miqueas: "Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá".

Por :  Pastor Alejandro Bullon





Gocémonos en las pruebas

"No os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo”. 1 Pedro 4:12, 13

Como cristianos no estamos libres de dolor y adversidad. Cuanto más deseamos parecernos a Jesús, más aflicciones tenemos debido al gran conflicto entre el bien y el mal.

En todos los distritos donde trabajamos, creamos buenas relaciones y vínculos de afecto, pero nos tocó el desafío de conducir un distrito peculiar, de gente complicada, autosuficiente y orgullosa. Hicimos un buen trabajo, a mi parecer. Tratamos de reflejar a Jesús en nuestra vida, a pesar de nuestras imperfecciones. Actuamos según  la voluntad de Dios, no obstante, hubo líderes no comprometidos con la iglesia que ensuciaron nuestro buen nombre. Fuimos injuriados sin un motivo válido. Hicieron llegar sus quejas a la Misión y debimos pagar por errores que no cometimos.

Cuando me enteré de que hermanos de nuestra propia iglesia nos habían difamado, no pude entender su maldad y sus celos. Habían desconocido el método bíblico para resolver conflictos (Mat. 18:15-17).

Esta situación me causó mucho dolor, amargura, resentimiento, odio y deseos de venganza, sentimientos que no quería tener. Me refugié en Aquel que cura las heridas del alma, le conté mis emociones y tuve vergüenza de mí misma. Rogué al Señor que me ayudara a entender por qué y para qué debía afrontar esta situación. Oraba y estudiaba la Biblia para encontrar una respuesta.

Lloré amargamente toda una noche delante de mi Dios; mi alma estaba afligida, le supliqué al Señor por sanidad espiritual y emocional. Y él habló a mi mente y corazón: “Hija mía, ¿acaso no comprendes que quiero que seas como yo: perfecta y pura como oro refinado en crisol? No esperes reconocimiento de nadie. Sírveme por amor. Ama a tus ofensores, ten misericordia de ellos y perdónalos. Lo único que importa es lo que yo pienso de ti. Te amo y estoy contigo”. El Señor me reconfortó y me libró de mi aflicción.

Volví a mirar a mis ofensores con piedad y misericordia.

Amiga, si tu fe está siendo probada, afronta la prueba con el Señor. Él te dará la victoria.

Tania G. Linares de López, Perú

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER

jueves, 22 de mayo de 2014

Un testimonio de cien años

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. A sí que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Gálatas 6:9, 10.

“Mamá Julia”, como llamábamos a mi abuelita materna, nació a comienzos del siglo XX. Soy muy afortunada de ser su nieta.

Creo que de haber tenido la oportunidad, ella habría sido una excelente médica.

Siempre tenía el medicamento apropiado para nuestras enfermedades. Era muy inteligente, activa y fiel a sus creencias. De mente lúcida y claro juicio, se acostaba y levantaba con el sol.

“Hay que comer poco para mantenerse sano”, decía; y le dio resultado.

Cuando cumplió 100 años, la familia organizó una fiesta. Los hijos, nietos, bisnietos y muchos familiares nos dimos cita para la celebración. Un día antes tuvimos una reunión de Acción de Gracias en la iglesia de la ciudad.

Vestida de blanco, se veía radiante luciendo sus cien años. El sermón fue emotivo, cantamos con alegría y dimos testimonios de gratitud. Las palabras más tiernas fueron las de sus sobrinas, que le agradecieron por haberlas criado como su verdadera madre cuando quedaron huérfanas.

Dios siempre nos sorprende. Aquella vez usó a un diácono, amigo de la familia, quien se acercó a ella y le dijo: “Solo una cosa le falta abuelita: que se bautice”. La respuesta de mamá julia nos dejó sorprendidos: “Sí, me voy a bautizar”. Nos abrazamos y lloramos de alegría. Estábamos conmovidos.

El Señor la llamó a los cien años y ella lo aceptó con fe y genuina sinceridad.

“Estoy feliz por haberme bautizado -dijo-, y quiero dar testimonio a mis hijos, nietos, bisnietos y a toda mi familia. Los invito a que dejen los caminos ajenos y vengan a los pies de Jesús”. ¡Qué gozo! A los cien años empezó a testificar.

El Señor nos llama a su tiempo, cualquiera sea nuestra edad. No nos cansemos de orar por la familia, aunque a veces parezcan casos difíciles, porque todo es posible para Dios.

Después de su bautismo, regresé a mi hogar y nunca más volví a ver a mi abuelita. Poco después ella durmió en los brazos del Señor. Espero ansiosa la venida de Jesús, porque la veré de nuevo, la abrazaré y estaré con mamá julia para siempre.

Ana Luz Barrientos, Estados Unidos

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER



lunes, 19 de mayo de 2014

El Perdón en la Practica

Para vivir en libertad

Cuando la verdad del Evangelio nos llega, nuestra vida cambia radicalmente. La extraordinaria llave que abre la puerta para que ese cambio acontezca dentro de nosotros es el perdón.

Dios perdonó nuestros pecados a través de Jesucristo. Jesús, al morir en la cruz, pagó el precio y conquistó ese perdón a nuestro favor.

Mas el Espíritu Santo sigue y sigue trabajando el perdón en nosotros, para que podamos perdonar a otros, perdonarnos a nosotros mismos, ser libres y vivir en plenitud la nueva vida que Jesús nos dio.

Es necesidad de cada niño recibir perdón. Los padres tienen que perdonar muchas veces al niño. Si el niño no recibe suficiente perdón por sus errores hasta llenar su vaso y hacerlo rebozar, cuando llegue a ser un adulto no existirá perdón en él para poder perdonar a otros. Nadie puede perdonar más de lo que ha sido perdonado.

El perdón es algo muy sutil. Decimos: "Perdono, pero no olvido". ¡Eso no es perdón! Perdón es quedar con la persona como si el asunto no hubiera ocurrido.

Dijimos a nuestros hijos que los amaríamos por siempre, sin importar lo que ellos hicieran. Aunque algún día hicieran algo tan terrible que tuvieran que ir a 1a cárcel, aún los amaríamos y los perdonaríamos.

Estaríamos muy tristes, oraríamos y ayunaríamos hasta que se arrepintieran, pero jamás dejaríamos de amarlos; tampoco dejaríamos de perdonarlos. Veamos esto con un ejemplo.

Habíamos enseñado a nuestros hijos que no debían brincar encima de las camas para no dañar los colchones, pero un día al acostarlos, encontré el colchón de David casi hecho pedazos. El algodón del colchón estaba amontonado por partes y en otros lugares no había nada; en realidad había quedado totalmente inservible.

"David -lo llamé-¿estuviste saltando encima de tu cama?" 
"No, mamá -dijo-, yo no estuve saltando encima de mi cama."

"No mamá -agregó Ruthie- él realmente no estaba saltando encima de la cama, sino que se metió debajo del colchón para jugar a la carpa."
"Pero, niños, ¡miren lo que hicieron!



Destruyeron el colchón, ya no sirve para nada. ¿Cómo se les ocurrió hacer algo así? No tenemos dinero para comparar otro" -los aleccioné mientras trataba de acomodar el algodón. Como no pude arreglar bien el daño, tuve que acostar a David en el colchón medio arreglado.

"Mamá -dijo David-, lo siento mucho, perdoname."
Entonces, tragándome las palabras le contesté: "Está bien, David, yo te perdono".
Pero la siguiente noche, al ver el colchón que no había logrado arreglar bien, nuevamente les aleccioné: "David, ¡cómo se te ocurrió dañar el colchón así? No podemos comprarte otro".
"Mamá -lloró David-, nunca volveré a hacerlo, por favor perdóname."


"Está bien, David, te perdono" -le dije otra vez.
Sin embargo, la próxima noche al ver el colchón le dije: "Ay, David, mira este colchón, es terrible".
"Mamá -dijo David llorando- ¿no podré nunca ser perdonado?"


Esto me hizo reflexionar. ¿Qué estaba enseñando a mi hijo? Le había dicho que jamás dejaría de perdonarlo, hiciera lo que hiciese, pero ahora le demostraba que dañar el colchón no estaba incluido. ¿Qué clase de perdón era ese? Así no era como Dios me había perdonado a mí.

Tomé a David en mis brazos y le pedí perdón por no haberlo perdonado verdaderamente. Luego invertí el colchón de tal manera que yo no viera la parte dañada cada noche.

En ese caso yo no estaba llenando el "vaso" de David con perdón, más bien le decía que hay ciertas cosas que son tan terribles que no pueden ser perdonadas.

Como cristianos sabemos que tenemos que perdonar a otros. La pobre persona trata de "amasar" sus sentimientos hasta que alcanza a sentir algo parecido al perdón.

Entonces dice que perdona a la persona que le hizo daño, y reprime todo el dolor que siente en cuanto a1 asunto.

El hecho es que no podemos perdonar más de lo que hemos sido perdonados. Muchos de nosotros hemos sido tan heridos que jamás podemos perdonar a la persona que nos hizo daño.

Sin embargo, sabemos que como creyentes "tenemos que perdonar", tratamos y tratamos de "amasar" sentimientos de perdón y nos sentimos culpables por no alcanzar a formar esos buenos sentimientos.

En verdad, vivimos en "bancarrota" en cuanto a sentimientos de perdón, no los tenemos y no podemos crearlos.


El autoperdón
¿Qué has hecho tú que nunca te hayas perdonado? Helena me contó de un aborto que le habían practicado años atrás.


Cuando le pregunté si Dios la había perdonado me aseguró que sí.
"¿Estás segura de que Dios te ha perdonado?" -le insistí.
"Sí, me ha perdonado porque yo se lo confesé y Él ha prometido perdonarme. Creo que me ha perdonado."

"¿Y tú? ¿te has perdonado?"
"¡Ay, no! -grito- ¿Cómo puedo yo perdonarme algo como lo que hice?"
"Dime una cosa: "¿Eres más santa que Dios?"
"No" -me contestó sorprendida.

"Acaso no estás diciendo: ¡Dios tú puedes perdonarme a mi y yo acepto tu perdón. Pero yo soy más santa que tú, por lo tanto de ninguna forma puedo perdonarme a mi misma! ¿No es eso lo que haces? Porque tú aceptas el perdón de Dios, pero no te perdonas a ti misma."

Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, Helena se perdonó a sí misma con el perdón con que Cristo la había perdonado.

Es bueno hacer una lista donde anotes todas las cosas dolorosas que te han hecho tu madre, tu padre, tus tíos, tus abuelos, tus vecinos y tus compañeros de colegio o cualquier otra persona. Para luego orar y perdonar. Pero también deberías agregar a la lista todo lo que hayas hecho, y que nunca te has perdonado.

También escribe todo lo que rechazas en cuanto a tu cuerpo y tu personalidad. Escribe la verdad; recuerda que "La verdad os hará libres", es la promesa del Señor. Di la verdad; no digas lo que tú piensas que debes decir, ni tampoco lo que tú sabes que debes pensar. Di lo que de veras está en tu corazón.


Cansado y aburrido

Usted hace la diferencia y eso depende de cómo la trate...

Sr. Palau, ¿qué hace usted para no aburrirse con su esposa? Hace diez años que estoy casado y francamente mi esposa me aburre. ¿Qué debo hacer?

Respuestas:

Déjeme hacerle algunas preguntas antes de responder la suya. ¿Es usted una persona entusiasta, entretenida, agradable y cordial? ¿Está seguro de que el aburrido no es usted?

Como marido usted puede hacer que su esposa sea aburrida o interesante, quejosa o encantadora. Usted hace la diferencia y eso depende de cómo la trate. Por lo tanto le aconsejo que decida ayudar a su esposa para que se vuelva atractiva e interesante nuevamente a través del poder del amor. Se lo explico en términos prácticos.

En primer lugar, acepte a su esposa tal como es, sin tratar de cambiarla. Recuerde cuando se enamoró de ella, cuando le propuso matrimonio, cuando se casaron. ¿Acaso no vio algo especial en esa mujer? ¿Por qué entonces ahora, diez años después, le parece que es aburrida? Quizás quien haya cambiado sea usted y no ella. Por lo tanto, acéptela como una persona especial porque eso es lo que es.

Considere la manera en que trata a su esposa. ¿La sorprende de tanto en tanto con un regalito? ¿Le muestra que aún la ama, que la quiere hacer feliz? Si ya no hace por ella las cosas especiales que solía hacer cuando joven, entonces simplemente se ha aburrido de usted mismo y no de ella. Es tiempo de cambiar.

Comience a interesarse en las actividades de su esposa y no sólo en las suyas propias. Descubra cuáles son las cualidades únicas que Dios le ha dado a su mujer, descubra sus necesidades y trate de hacer algo por ella. No llegue a casa a la noche quejándose por el día que ha tenido. Pregúntele a ella cómo le ha ido. Asegúrese de que su esposa no quede en la casa todo el tiempo. Salgan a cenar regularmente, o sencillamente a dar un paseo una simple caminata. Además, comience a hacer planes para tomar una mini vacación. Elija algún lugar que usted sepa ella ha de disfrutar. Sea creativo. Use la imaginación. No hay razón para que usted permanezca aburrido ni para que aburra a los demás.

Déjeme resumir todo esto en una breve frase usando palabras de la Biblia: "Los esposos, por su parte, deben mostrar a sus esposas el mismo amor que Cristo mostró a su iglesia" (Efesios 5:25). Si con la ayuda de Dios usted practica esta clase de amor, se estará encaminando hacia un matrimonio feliz, alegre, lleno de cosas nuevas.

El matrimonio más emocionante está formado por tres personas: usted, su esposa y Dios. Ambos pueden poner a Dios como fundamento de la vida de casados. Luego oren y estudien la Biblia juntos y verán cambios maravillosos.



Mensajes para las mujeres

Hace poco dialogaba yo con una dama la cual hace un par de años perdió a su amado esposo. Actualmente ella se encuentra muy depresiva ya que la soledad y los recuerdos no le permiten tener una vida activa y capaz como la que llevaba con su esposo del cual estuvo casada más de 30 años. Hay circunstancias en la vida las cuales nos puedan obligar a vivir solas como lo es un divorcio, la muerte del cónyuge o el casamiento de los hijos.

Sin embargo, permíteme decirte que el estar sola en la vida no significa que estés solitaria. Son momentos transcendentales en nuestra vida para los cuales nunca nos habíamos preparado, de hecho jamás pensábamos que estos nos sucederían. Un día nos levantamos en la mañana y al darnos cuenta que estamos solas, el terror se apodera de nosotras. Ya nos dimos una ducha caliente, ya hemos desayunado y hecho las tareas del hogar y nos preguntamos y que será lo próximo que hare? O quizás, como podre pasar un día mas en esta casa vacía? En un desesperado intento de compañía hay quienes deciden correr a una relación sin buscar dirección de Dios, haciendo yugos desiguales solo por tener una persona a su lado. Recuerda que no somos menos si estamos sin un compañero. Si ese ser que amabas se marcho y no te valorizo o te abandono, no te sientas insignificante o sin valor. Recuerda que solo merecemos amores genuinos de aquellos que nos respetan y nos llevan de la mano, pero siempre te permiten cierto espacio y respeto como persona y sierva de Dios. La falta de amor en las mujeres, así como la falta de valorización y de ternura, hacen que tu auto estima se lastime y te sientas como que ya no existe el verdadero amor para ti y mucho menos la felicidad. Muchas mujeres solteras cristianas viven sumergidas en depresiones por falta de apoyo de su comunidad de fe, de la gente que la aprecia y aun de familiares.

La Palabra de Dios nos dice que el Señor nos ha dado una promesa, en Mateo 28:20 “he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Es impresionante saber que Nuestro Señor Jesus nos prometió compañía. Amada dama, recuerda que muchas personas tienen que pagar por el recurso de un guardaespaldas, pero nosotras tenemos más que un compañero, más que un amigo, más que un hermano. El nos ama con un amor que es sincero y eterno. Su amor no tiene límites. El no te dejara ni un instante y puedes estar en la completa seguridad porque El es fiel. Por lo cual puedes decir puedo estar sola, pero jamás solitaria, porque tienes un acompañante que no te dejara ni te desamparara. Aunque todos te hayan dejado, Dios está a tu lado.

TE INVITO A COMENZAR A VIVIR UNA VIDA PLENA Y SATISFECHA EN EL SEÑOR, SABIENDO QUE EL HA DE SER TU APOYO Y GRATA COMPAÑÍA.



Consejos de como tratar con adolescentes

1. Darles oportunidad de ser responsables, delegándole responsabilidades. Para eso tienen que saber que se confía en ellos y los consideramos capaces. La mejor forma de que aprendan es dándoles la oportunidad de hacer tareas específicas haciéndolos responsables cada vez de tareas más complejas, por ejemplo, del cuidado de un hermano pequeño, en ausencia de sus padres o el que él le explique una materia a un hermano que necesita ayuda.




2. Hacer que el adolescente participe de las discusiones, alegrías y preocupaciones de la familia. Cuántas veces se oye esta queja por parte de los hijos ¡Es que en mi casa no me cuentan nada! ¡Me entero por otras personas y me cae fatal! Cuando por el contrario se le participa al adolescente de los problemas o alegrías en casa, así como de las preocupaciones. Lo interpreta como muestras de confianza. Siente que los consideramos personas dignas de nuestra confianza, y ellos se considerarán con más madurez y tratarán de no defraudar la confianza que sus padres han depositado en él.


3. Comunicarle a nuestros hijos cómo nos sentimos. Escuchar a los hijos sus opiniones, sentimientos, alegrías y dificultades constituye sólo un aspecto de la comunicación. También tenemos el derecho y la libertad para expresarles nuestros propios sentimientos y ser oídos: alegrías, cansancio, una buena o mala jornada laboral, etc. Esta dualidad en la comunicación es imprescindible para lograr la confianza del adolescente porque constituye el verdadero diálogo. No vamos a perder nuestro prestigio como padres cuando nuestros hijos aprendan a vernos como personas que se cansan y tienen buenos o malos momentos. Es más fácil comunicarse con esa persona, que con el padre o la madre ideales o perfectos porque sencillamente no existe. La obediencia está muy relacionada con el cariño y el cariño se fomenta con el conocimiento real de una persona. Un adolescente que quiere a sus padres puede desobedecerles, pero se sentirá muy mal al hacerlo, el cariño a sus padres hará que él mismo se proponga rectificar.


Los cambios físicos que experimenta el adolescente, implican un crecimiento rápido y momentáneamente desproporcionado de su cuerpo: piernas y brazos repentinamente alargados, una imagen facial que presenta desproporciones y que para quien los vive también son causa de preocupaciones.


Esos cambios físicos que son evidentes, llegan acompañados de cambios psicológicos profundos. El adolescente se hace más reflexivo y comienza a descubrir su mundo interior, por lo cual en ocasiones se muestra pensativo e introvertido, se hace mucho más crítico, al grado de que llega a cuestionar todo y obviamente, cuestiona la autoridad que sus padres ejercen sobre él , autoridad que no está exenta de un minucioso e hipercrítico examen de su parte.


Lógicamente que ante esto, el primer desconcertado es el mismo adolescente, quien muchas veces llega a preguntarse: ¿pero, qué es lo que me está pasando? La oportuna intervención de padres y educadores en esta etapa puede ser de gran ayuda para que el adolescente aclare sus dudas, se adapte con rapidez a esos cambios y supere positivamente las dificultades a las que se enfrenta.


¿Qué pueden hacer los padres, especialmente al inicio de esta etapa de su vida?


4. No dejar de exigirles en el plano moral y social. Una mentira manifiesta, el hurto (tomar dinero sin permiso), la incorrección ante otras personas de sus modales o faltas de respeto no deben ser nunca pasadas por alto. No basta pedir perdón, a veces creen que con esto ya se soluciona el problema, sino deben compensar de alguna manera su falta. En este tipo de conducta no se puede ser flexible, el adolescente necesita de esta exigencia, pide a gritos límites. Si pasamos por alto una conducta de este tipo, el adolescente puede interpretar nuestra respuesta como indiferencia o que no nos importa.


5. La formación de un frente unido. En todas las edades, pero aún más en la adolescencia, es importante el hecho de que los hijos vean que padre y madre van en la misma línea de exigencia. Es importante la formación de un frente unido para la batalla, sobre todo en las cuestiones que consideren más importante que obedezcan, y esto lo tiene que decidir la pareja, pueden hacerlo incluso con papel y lápiz. Estas normas de obligado cumplimiento hay que delimitarlas bien para no quemarse ni gastar cartuchos en balde. Para un adolescente unos pantalones jeans y una camiseta puede ser su ropa más usual y querida, conforme al grupo con el que se relaciona, lo mismo sucede con el pelo. Una actitud impositiva o sancionadora en estos casos puede ser contraproducente. Lo que no equivale a aceptar tales cosas. Se debe exigir limpieza, eso sí es importante. Pero se puede negociar la vestimenta en ciertas ocasiones.


Muy importante recordar


Las normas en las que tenemos que exigir obediencia deben ir hacia temas más trascendentales como por ej. La hora de llegada a casa, el no ir a dormir a casa de los amigos, etc., eso se tiene que decidir entre padre y madre, dejarlo establecido muy claramente a el hijo/a. En estas cosas sí es muy necesario el frente unido que antes comentábamos. No nos encontremos en la situación en la que uno tenga que ser “el malo” mientras que el otro sea siempre “el bueno”. Los hijos aprenden muy pronto la divisa “divide y vencerás”. No nos dejemos meter en ese juego.

viernes, 16 de mayo de 2014

EL ESPÍRITU INTERCEDE POR TI


“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. Romanos 8:26.

Como directora del pujante coro en nuestra iglesia me había propuesto trabajar por la vida espiritual de cada uno de los miembros del coro. Estaba convencida de que el ministerio de la música debía acercarnos más al Señor y enriquecer nuestra relación con él. Los integrantes del coro eran jóvenes en su mayoría. Entre ellos había un “bajo” espectacular. Hacía poco que se había bautizado y como le costaba ajustar el oído a la música sacra, me invitó a cantar con él para lograr esa adaptación. Así comenzó una hermosa amistad con mi familia. En especial con mi pequeño Josué, de tres años. “Cuando yo tenga mi propia familia quiero tener un hijo como Josué”, me decía, y pasaba largo tiempo con él.

Con mi esposo nos dimos cuenta de que nuestro amigo necesitaba una familia propia, así que le propuse orar por una esposa. Me respondió que “era muy pecador aún como para que el Señor pudiera contemplar sus gustos todavía corrompidos”. Le dije que el Señor no hacía acepción de personas, y bien sabía lo que él necesitaba. Le sugerí que desafiáramos al Señor juntos, y comprometí a mi familia a tenerlo en cuenta en nuestras oraciones. Hasta el pequeño Josué oraba por la esposa de nuestro amigo.

Comenzamos a orar en agosto. Cada vez que venía a casa a almorzar después del culto, aprovechábamos para hablarle de cómo el Señor suplía todas las necesidades, aun las que parecían exquisitas. Eso sí, le dijimos que no pedíamos para él una “simple novia” sino una esposa. Las cosas con el Señor son serias. Un sábado de diciembre quedé gratamente sorprendida al verlo llegar a casa del brazo de una chica muy delicada, hermosa y fiel. Hoy son un matrimonio cristiano. La experiencia nos sirvió para repetirla con varios jóvenes que creían que el Señor no se ocupaba de “esas cosas”.

Amiga, ayudar a los más jóvenes a tener una relación íntima con el Señor es una de las tareas más gratificantes. Si tienes la oportunidad, ayúdalos a sentir que el Señor se interesa por ellos cualquiera sea su caso.

Rosario Perdomo de Larrosa, Uruguay.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Con Amor todo es posible ♥

Cuando lo vez por primera vez ...
Cuando lo vez por primera vez ...
Te enamoras a primera vista la curas y lo cuidas ...
Te enamoras a primera vista la curas y lo cuidas ...
Pasas muchos momentos lindos/inolvidables/hermosos ... Pero algo falta ...
Pasas muchos momentos lindos/inolvidables/hermosos ... Pero algo falta ...
Entonces decides darle algo de ti .. T_T
Entonces decides darle algo de ti .. T_T
Que solo el amor lo puede dar ...
Que solo el amor lo puede dar ...
Pero no todos aman como tu amas ... Entonces termina ...
Pero no todos aman como tu amas ... Entonces termina ...
Pero cuando piensas que todo ya acabo ...
Pero cuando piensas que todo ya acabo ...
Siempre hay alguien que te devuelve la esperanza ...
Siempre hay alguien que te devuelve la esperanza ...
Para cada corazón roto ...
Para cada corazón roto ...
Que el tiempo lo curara ...
Que el tiempo lo curara ...
Y tu corazón volverá a amar ...
Y tu corazón volverá a amar ...
y volverá a latir y sentirse bien ... 7w7
y volverá a latir y sentirse bien ... 7w7
Y cuando piensas que siempre te quedaras solo ...
Y cuando piensas que siempre te quedaras solo ...
Siempre habrá esa persona que también ...
Siempre habrá esa persona que también ...
Tendrá ese buen corazón como tu lo tienes */u\*Tendrá ese buen corazón como tu lo tienes */u\*

La lección de la torta

"porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón". 1 Samuel 16:7.

Acabábamos de mudarnos a nuestro nuevo lugar de trabajo. Mi hija mayor cumplía años y decidí organizarle un encuentro para compartir con los nuevos amigos de aquel lugar. Así, me dispuse a preparar los alimentos para la fiesta. En primer lugar me concentré en la torta, ya que sería la “estrella” de la ocasión.

En vez de usar alguna receta conocida, decidí probar una nueva receta de torta de naranjas,  rellena de crema de naranjas, que acababa de aprender. Le puse una deliciosa cobertura que ya había hecho en otras ocasiones y por último, una capa crocante de nueces picadas. Parecía exquisita. Casi podía imaginarme a los invitados deleitándose con ese manjar.

Llegó el momento de la fiesta y coloqué la torta en una mesa preparada especialmente para ella. Todos expresaban su asombro al considerarla un deleite para la vista y seguramente para el paladar. Eso pensábamos todos hasta que, después de soplar las velitas, la cortamos y servimos… para comprobar que estaba muy seca y el relleno, pegajoso, a pesar de que el sabor no era desagradable. Lo único que no había fallado era la cobertura. ¡Qué desencanto sufrimos todos con aquella torta! De más está decir que nadie quiso una segunda porción…

Al acostarme esa noche no podía dejar de pensar en la torta. ¡Tan hermosa por fuera y tan diferente por dentro! Cuántas veces juzgamos a las personas por lo que vemos por fuera, o nos interesamos solo en nuestra apariencia externa. Por el contrario, los ojos de Dios ven lo que nadie ve: el corazón. Al Señor no podemos engañarlo con una apariencia deslumbrante, ni desilusionarlo con una apariencia sin gracia. Él nos conoce bien y juzga con justicia y misericordia.

Agradezco a Dios por conocerme como soy, sin coberturas ni adornos, y aun así amarme. Es tiempo de cambiar los ingredientes de mi corazón y volver a los que conozco y sé que son buenos, y dejar de probar recetas nuevas… Como dijo Jeremías, es tiempo de pararnos en los caminos, preguntar por las sendas antiguas, andar por ellas y hallar descanso para nuestra alma (Jer. 6:16).

Karina Stecler de Guzmán, Argentina

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DEVOCIÓN MATUTINA PARA LA MUJER 2014

DE MUJER A MUJER