“El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio” (Proverbios 10:18)
Es una constante en el libro de Proverbios su insistencia en la verdad y en denostar a quienes mienten y calumnian, seguramente, por haber estado en la corte y vivir bajo un clima de tensión política, Salomón era muy sensible a las habladurías y chismes.
La persona que miente sobre otro ser humano, en la práctica es alguien no confiable, un individuo que usaría cualquier medio para infringir daño a su oponente u enemigo.
El versículo lo trata de “disimulador de odio”, lo cual es una buena definición para referirse a alguien que no obra de buena manera.
Lo interesante es que Salomón sostiene que quien difama y calumnia es un necio, sin embargo, resulta difícil entender por qué, puesto que visto desde la perspectiva del que propaga un infundio o una calumnia, es un vivaracho, alguien que logra que se haga lo que quiere en base a mentiras y disimulaciones.
El quid del asunto es ¿por qué es necio? la respuesta está en la misma escritura y tiene que ver con las consecuencias. Los que esparcen rumores, chismes, calumnias e infundios, juegan en su mente a creer que nunca serás descubiertos. Sin embargo, eso es sólo una ilusión. Una manera de auto engaño que no sirve.
El que propaga calumnias, que son una manera mentirosa de hablar de otros, al final, recibe de su propia medicina. Quien miente de los demás, se arriesga a que hagan lo mismo con su vida. Quien esparce calumnias, implícitamente está autorizando a los demás que hagan lo mismo, ahora, con su vida. Por esa razón es un necio.
Creerle a un mentiroso es como saltar desde un acantilado, difícilmente quedarás ileso. El mentiroso es patéticamente débil, porque prefiere la mentira antes que la verdad, porque lo segundo demanda integridad, y no se la tiene cuando se esparce un rumor malicioso.
Un cristiano apuesta siempre por la verdad, no por la calumnia ni la mentira. No hay lugar en la vida de alguien que sigue a Cristo para esparcir chismes, calumnias y rumores.
Oración: Querido Dios, sabes cuán fácil es caer en la diseminación de mentiras y calumnias, por favor, ayúdame a controlar mi lengua para decir sólo verdades
(Por: Dr. .Miguel Ángel Núñez)
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