Cuanto más contentas estamos con nuestra actuación ante Dios y los demás, tanto más pacientes y tolerantes somos con los demás y gozamos de su compañía. Por el contrario, si nos desagradamos a nosotras mismas y tenemos la certeza de que actuamos mal ante Dios, seremos personas rígidas, impacientes e intolerantes.
Esta mañana mírate en el espejo de Dios y siéntete aceptada por él. Vive con alegría.
¿No te alegra saber que Dios quiere obrar en ti? Dale tu vida a Dios, y deja que él te modele hasta llegar a ser la persona que él desea que seas.
Cuando pensamos que el libre albedrío nos autoriza para interpretar a nuestro modo las ordenanzas de Dios, estamos en terreno de Satanás. Que nuestra voz no se quiebre, que nuestra mano no tiemble. Un «así dice el Señor» debiera ser el grito de batalla de las madres cristianas al enfrentar el desafío de sus hijos a la autoridad de Dios y a la nuestra.
Escriban, pues, este cántico, y enséñenselo al pueblo para que lo cante y sirva también de testimonio contra ellos (Deuteronomio 31:19).
He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida. Isaías 49:16.
Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 15:5-6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
✿ Espero que te haya gustado esta entrada y te haya sido de gran Bendición para tu vida. ✿ Dios te Bendiga Hoy y Siempre ✿