Es importante saber cómo detectar un trastorno de aprendizaje; si bien hay muchos padres o educadores que se alarman por ciertos retrasos, éstos no siempre son indicadores certeros de que el niño tenga una disfunción, debido a que cada uno tiene su propio ritmo de desarrollo y aprendizaje.
Un niño puede demorar más tiempo que otros en aprender a leer de forma correcta, a escribir, a multiplicar, pero por lo general hay parámetros que nos ayudan a identificar cuándo el proceso se ha retrasado demasiado y entonces puede ser considerado un trastorno de aprendizaje.
Señales de trastorno de aprendizaje
- Problemas para leer y/o escribir
- Dificultades con las habilidades matemáticas
- No puede retener o memorizar
- Déficit de atención
- No es capaz de seguir instrucciones
- No coordina bien
- Problemas para relacionar los tiempos
- No es capaz de organizarse
Según el niño, puede presentar una discapacidad en concreto o más de una, pero esto tiene que ser determinado por un profesional; el cual a través de diferentes pruebas y chequeos podrá establecer de qué tipo de trastorno de aprendizaje se trata.
Hay otros indicadores de que un niño padezca problemas de aprendizaje, aunque no son definitivos es importante tenerlos en cuenta a la hora de comentarlo con el especialista, por ejemplo:
- Actitud arrogante
- Comportamiento inadecuado al responder
- Se dispersa fácilmente
- Dificultad para expresarse
- Bajo rendimiento escolar
- Inmadurez en el habla y la expresión
- Problemas para escuchar
- Problemas para adaptarse a nuevas situaciones
- Dificultad para captar conceptos
Algunos posibles problemas de aprendizaje
- Dislexia
- Disgrafía
- Discalculia
- Dispraxia
Con frecuencia estos problemas son detectados una vez comenzada la escolarización, por lo que es necesario reunirse con la maestra y en algunos casos con los directivos del colegio.
El diagnóstico del trastorno de aprendizaje se realiza por medio del estudio psico-educativo. Dependiendo el caso, también se realizan:
- Test de inteligencia.
- Batería de pruebas de rendimiento (lectura, escritura y matemáticas).
- Estudio de habilidades de procesamiento (entrada, integración, y salida de información).
Los exámenes realizados arrojaran lo que se denomina fórmula de discrepancia, que sirve para establecer el grado de dificultad del niño; esto se define en función de la diferencia entre el potencial del estudiante y su rendimiento.
Es fundamental que se trabaje en conjunto entre los padres y docentes del niño para que puedan detectar en qué aspectos éste sufre un problema de aprendizaje en relación a sus compañeros o amigos de igual edad e ir apuntando todo aquello que pueda resultar de importancia a la hora de reunirse con el profesional.
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